(Netflix. 8 episodios: 25/10/2019) |
Con más de un mes de retraso desde que vi la segunda temporada de esta entrañable serie, voy allá, aunque con más brevedad de la que me gustaría.
Lo mejor que se puede decir del Método Kominsky es que sigue la misma senda que la 1ª temporada. El par de caras nuevas, el novio sexagenario de Mindy, la hija de Sandy, Martin (Paul Reiser), con quien congeniará inesperadamente Sandy; y Madelyne (ni más ni menos que Jane Seymour, La doctora Quinn), un antiguo amor de Norman con quien retoma una relación interrumpida por los respectivos matrimonios.
Eso, junto a la premisa del tumor encontrado en Sandy, serán los ejes centrales de una comedia pausada y con un sentido del humor exquisito, riéndose de la vejez, de los achaques y de todo lo que no suele aparecer ni en series ni en la vida real, donde la tercera edad es uno de los tabúes más tristes de todos.
Dos temporadas, pues, de lo más recomendables, con diálogos muy divertidos y dinámicos, situaciones muy cómicas y una sensación generalizada de buen rollo que no se disipa ni con los nubarrones del cáncer que planea en la salud de Sandy.
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