Luther. Temporadas 4 y 5

(BBC. 4ª temporada: 2 capítulos, 2015 - 5ª temporada: enero 2029)
Contiene spoilers

La anomalía de dos episodios que fue la cuarta temporada solo se explica si se combina con la quinta, aunque es cierto que tampoco tiene del todo continuidad, al menos si hablamos de acompañamiento: en la cuarta la compañera es ni más ni menos que Ygritte, digo Emma Lane (Rose Leslie, Game of Thrones), pero en la quinta tenemos a Catherine Halliday (Wunmi Mosaku, vista en Black Mirror).

Lo que no cambia en ninguna temporada es el grado de maldad de los psicópatas que tiene que atrapar nuestro inspector. Con el añadido de que John suele encontrarse inmerso en otro tipo de problemas, más personales, que hacen de la resolución del caso una especie de hazaña casi imposible. En este caso, en relación con George Cornelius (Patrick Malahide, Five days), un mafioso con el que se ha visto implicada nuestra Alice Morgan.

Por si quedaba alguna duda, vamos a declararnos de antemano 'fans' incondicionales de la psicópata Alice. Luther es este tipo de serie en el que lo que más conviene al héroe es un personaje alejado por completo de la normalidad, una asesina cuya empatía es cuanto menos cuestionable. Pero es que la vida personal de John no ha vuelto a su cauce normal después de la separación (y posterior muerte) de Zoe. 

Hay que reconocer que los mecanismos policiales de nuestro héroe cada vez se ven más empañados por las prácticas alternativas a las que ha de recurrir para salir indemne de cuantos marrones le van surgiendo. Ha perdido a Justin, de modo que relacionarse con sus compañeros (en este caso, compañeras) le cuesta todavía más. Tiene el respaldo y la confianza de su superior, Martin Schenk, así como la fidelidad del antes informático Benny, pero a estas alturas de la serie se ve insuficiente.

En la cuarta temporada partimos de una excedencia que se presupone larga. John parece dispuesto a abandonar la carrera policial y fugarse al fin con Alice. Pero una noticia lo impide: Alice ha muerto.

Whatttttt??????

Por más que esperas y esperas el as bajo la manga, parece algo inalterable. Es cuando acabas por confirmar que Luther debería llamarse Luther y Alice. O que sin Alice algo falta, y por más que las resoluciones de los casos (el caníbal, en la 4ª) combinan perfectamente entre lo profesional y lo personal, hay una sensación de orfandad que nos empuja a pensar que la cuarta temporada es más floja que las anteriores. La "imitadora" de Alice, Megan Cantor (Laura Haddock), por muy enajenada que parezca, no le llega ni a los talones. Por eso ni aparece en la quinta temporada.

Esta empieza muy bien y parece que volvemos a las esencias, incluso en el primer capítulo antes de su final. Ayuda que la psiquiatra Vivien Lake (Hermione Norris), un témpano de hielo, esconda un marido desequilibrado y psicópata, Jeremy Lake (Enzo Cilenti, El último magnate), que dará muchos quebraderos de cabeza.

Me gustó Emma, pero no la han desarrollado tan bien y con tantos matices como a Catherine, que en un principio nos parece una pavisosa o una becaria, pero luego advertimos en ella una capacidad deductiva que es digna de John Luther. Ayuda que este la trate de una manera a la que no estamos acostumbrados, ignorándola o minusvalorándola bastante. ¿Quizá porque por primera vez está delante de alguien a su altura y se siente amenazado (Schenk llega a decir que los va a sustituir)?

He dicho que empezamos bien. Y cuando reaparece Alice (en efecto, no podía estar muerta: no la habíamos visto morir, y lo que no aparece en pantalla en este tipo de series se puede revertir o revocar), previo 'Wotcha', todo vuelve a su sitio, impactándonos por su faceta sanguinaria y su sed de venganza, aunque no sea nada nuevo que no hayamos visto.

Pero todo se complica. En el tercer episodio parece imposible que Luther pueda salir indemne porque con Alice y Cornelius de por medio en una guerra sin cuartel la montaña parece imposible de escalar. Aparece un matón en escena contratado por el asqueroso mafioso, que no puede perdonar el asesinato de su hijo por parte de la indómita Alice, y en el momento en que pegan un tiro a Benny (descanse en paz este buen secundario), la escalada no puede sino aumentar.

Así que se ve venir el final. El giro final. Por lo menos se salva Mark, cuya evolución es loable desde unos inicios en los que era un poco arrastrado y se dejaba manipular por Zoe, hasta llegar a aconsejar a Alice y preocuparse por ella (a pesar de que tanto Alice como John le complican sobremanera la vida).

No se entiende que Luther mienta a Alice, aunque sí que ella se rompa por dentro y ya no albergue ninguna brizna de humanidad. Su amor por Luther no es correspondido. En otras ocasiones ya había antepuesto a otras personas, pero siempre se podía interpretar que había estrategia detrás. Aquí no. Aquí Luther la traiciona y se traiciona a sí mismo (no por no amarla, sino por no corresponderla con sinceridad). Parece que solo le importa librarse, o tal vez es que se cortocircuita cuando Alice, sorpresivamente, mata a Catherine (otra pena: otro personaje interrumpido o malogrado, y van... ¿No se les ha ido de las manos?). 

El caso es que cuesta imaginar una sexta temporada sin Alice. Porque el final no deja dudas: se estampa contra el suelo, sus sesos se esparcen. Cuesta imaginar que se pueda continuar sin la gran némesis del protagonista. Hemos dejado la enorme escala de grises y las contradicciones y las ironías (Mss Bennett dixit) para emborronarlo todo con un trazo grueso, impropio de todo lo que hemos visto anteriormente. Es como si traicionaran las esencias de la serie.

Da la impresión de que han querido acelerar el proceso de destrucción de unos personajes muy queridos. Si ha sido el final de la serie, no puede ser más insatisfactoria. Si no lo es y habrá continuación, los guionistas van a tener complicado que el espectador perdone una muerte que se podía haber evitado, sobre todo porque el contraste entre estas dos personalidades opuestas y poderosas, Morgan y Luther, daba mucho juego. Es como cuando en Sherlock se despojan de Moriarty. Difícil que haya una salida a eso... Una auténtica pena.

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