Future Man. Temporada 1

(Hulu. 13 episodios: 14/11/2017)
Contiene spoilers

A través de HBO España se puede ver esta serie de media horita de duración que no tiene demasiada trascendencia. Siempre que hay viajes en el tiempo de por medio, como mínimo me entra la curiosidad y el enfoque humorístico que se planteaba en esta serie parecía como mínimo sugerente.

Caras conocidas como la del protagonista, Josh Hutcherson (Los juegos del hambre, Peeta), que además es productor (mola esto de ser actor, tener pasta y decidir contigo mismo financiarte una serie o una peli para que como mínimo te des bola), y una producción bastante cuidada para un producto aparentemente tan nimio, son dos de sus puntos fuertes. Las escenas de acción están bastante cuidadas, muy lejos de resultar pobres o parecer cutres, y los efectos especiales son suficientes.

El problema mayor de Future Man es que detrás de eso, poca cosa puedes encontrar. Hay quien puede hablar de comedia irreverente, pero meter vomitonas o derramamientos de semen en la pierna de un viajero del tiempo no es bastante; hay quien habla de homenajes a títulos como Regreso al Futuro y, en general, a otras series que aparecen nombrados o tienen su protagonismo (como El coche fantástico o James Cameron), pero con eso simplemente no basta. No basta una referencia solapada o directa a Terminator para que me suponga un plus de algo.

Si yo, que me encanta la literatura y cinematografía con referencias a viajes temporales, y soy el primero que se ríe con humor básico (caída, caca, culo, pis), no he disfrutado apenas y he dado cabezadas en algunos momentos, por no decir que me han sobrado como mínimo 5 episodios, no sé a quién se le puede recomendar esta serie que encima no le supone un especial lucimiento al protagonista, merendado por sus dos coprotagonistas, en especial por Wolf (Derek Wilson).

Partimos de una premisa divertida que da juego en el piloto: Josh Futturman es el típico tipo que no tiene demasiadas expectativas para la vida más allá de mantener su trabajo limpiando en una empresa que investiga sobre el herpes y que se dedica a malgastar su tiempo libre jugando a un videojuego futurista, Biotic wars, en el que no consigue pasar de la última fase. Cuando lo hace, recibe la visita de dos personas del futuro, el citado Wolf y su comandante Tiger (Eliza Coupe), que están librando realmente la batalla que se ve en el juego. De hecho, lo diseñaron ellos para encontrar a alguien capaz de ayudarles en la lucha contra los Bióticos, seres perfeccionados genéticamente. En teoría tenía que ser un gran guerrero virtual, pero se encuentran con el  bueno de Josh.

Además, la empresa en la que trabaja resulta estar relacionada con sus enemigos, pues el bueno del doctor Elias Kronish (Keith David) será quien cree a esta raza dictatorial que mantiene en condiciones paupérrimas a los pocos humanos que luchan en la resistencia (de hecho, solo quedan ya dos). El objetivo, pues, será detener a Kronish, y lo intentarán de varias maneras: primero evitando que coja el herpes en el labio en 1969 (el segundo episodio es de los mejores, con la llegada a la luna de fondo y estableciendo la figura del perseguidor,  el detective Vincent Skarsgaard, interpretado por Robert Craighead, incansable a la hora de pedir justicia para su compañero asesinado Miguel Santiago) con una chica en una fiesta, y luego optando por distintas opciones, como en los 80 para cambiar una decisión sentimental que reharía su vida, o en los 40 eliminándolo cuando Elias era un bebé.

Lástima que luego el guión no dé para mucho más, que se confunda irreverencia con mal gusto, que los diálogos sean chuscos y que las paradojas temporales no nos lleven a ninguna parte más que para algún chascarrillo, al igual que lo que ocurre en los viajes, en los que los tres viajeros se intercambian partes de sus anatomías, algo que frustrará mucho a Wolf, que pierde su miembro viril en favor de Josh. En el penúltimo episodio, las dos versiones de Futturman se enfrentarán desnudos y ese será el único tema de interés de dicho episodio, algo que habla a las claras del nivel.

Pasamos por épocas distintas y no se extrae mayores consecuencias que un par de detalles superficiales, desaprovechamos situaciones de enredo como en la casa de Elias, en la que se acumulan ingredientes como para haber resultado hilarante, desaprovechamos personajes como el de Jeri (Britt Lower es fiel ejemplo del prototipo de biótico, seres mejorados y por tanto inmunes a enfermedades y muy bien proporcionados anatómicamente), secretaria de la empresa Kronish, mientras que otros más irrelevantes como el doctor Stu (Haley Joel Osment demostrando que su crecimiento ha sido difícil y de niño actor ha pasado a algo que no termina bien de encajar) mantienen más cuota de pantalla. Al menos los padres de Josh tienen algún buen momento.

La evolución de los personajes es tan extraña como la serie. Por ejemplo, los asalvajados visitantes del futuro se van humanizando: Wolf abandonará la misión para quedarse en los 80 y disfrutar de una época que le gusta y que le permite ser chef, su vocación; y Tiger va empalizando más con las personas y con los bebés, dejando de ser tan inflexible. De todos modos, resulta un tanto irrelevante hablar de estos aspectos, y tampoco importa mucho que Josh no pase de patoso y metepatas, un antihéroe que no consigue ser muy gracioso. Y no nos tiramos de los pelos por haber desaprovechado el debate de si las mejoras en el laboratorio son éticas o por discutir la paradoja de que los humanos reales estén tan embrutecidos que no se sabe qué es peor, si el hambre o las ganas de comer.

En esa superficialidad que demuestran los 13  capítulos y esa deriva de la trama casi dada a bandazos o tirones que hablan más de improvisación que de premeditación, extraña que se intente dar cierta continuidad a algunos aspectos, o que nos metan "sorpresas" como la del último episodio, en el que vemos que Tiger es una biótica realmente.

Después de tanto palo, es cierto que es muy llevadera, tiene ratos divertidos, de tan insustancial no tiene pretensiones y el desagrado solo llega cuando profundizas un poco, porque realmente el sentimiento final que te deja es el de la indiferencia. 

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