(104 páginas. 11,50€. Año de edición: 2014) |
En muchas ocasiones te encuentras tan identificado con tu profesión de docente que buscas finalidades didácticas a cosas muy peregrinas, como si con un enfoque diferente pudieras sacarle provecho a cualquier absurdez, que acaba convertida en recurso. No esperas que a un libro enfocado primordialmente al aula tengas que buscarle dicho provecho, porque se presupone que una lectura lo tendrá. Pero en este caso me ha costado, y mucho.
A estas alturas dudo de si soy demasiado exigente con lo que debería ser una edición de un libro, o simplemente voy cumpliendo años y voy sumando malhumores, convertido en un cascarrabias anticipado. Uno espera encontrarse un mínimo de respeto a la hora de pasar a la imprenta un trabajo, y este no me ha parecido que lo tenga. No me vale como atenuante que el destinatario sea el público joven. Al contrario, habría que ser más exigente con nuestros próximos lectores habituales.
Puede que la idea de mezclar leyendas de Madrid y una trama pseudofuturista en la que unos "protinucios" han sido liberados porque alguien ha estado viajando en el tiempo no sea tan disparatada, inverosímil o chorra como parece. Si a mí me ha costado seguir la pista en esas primeras páginas que mezclan datos de todo tipo e ideas peregrinas, ¿con qué se quedará el alumno?
Pero bueno, vamos a ponernos laxos. Vamos a decir que incluso esa mezcla de bien y de mal, de ficción y realidad, de literatura y verdad, podría ser una buena idea para una novela juvenil, y no vamos a fijarnos en que debería estar mejor escrita. Vamos a olvidar que desde el principio se nos cuentan las cosas atropelladamente, que los personajes son una mancha borrosa y que los distintos acertijos son tan confusos como ripiosos.
Imagino que las autoras han sacrificado la trama porque su objetivo era contarnos anécdotas referidas a Madrid (el arreglo del reloj de la Puerta del Sol, el decapitado de la iglesia de San Ginés, las estatuas del palacio de Oriente, los huesos de gorrión en la Plaza Mayor...), aunque al menos podrían haberlo disfrazado un poco más para que no se notase que el enfoque histórico va a ser el realmente importante.
Claro que no se podía esperar demasiado con el siguiente inicio: "Artemio Preciados, un niño de doce años experto en informática interplanetaria, recibía un mensaje en su ordenador intergaláctico". El mensaje proviene del profesor Soporte y los dos personajes de la nave espacial no son los únicos que podrían intercambiarse sin que nada pasase, por más que uno es un científico adulto y el otro un niño.
Nos quedan Bustan, un conserje (¿?) del Instituto de Investigaciones Científicas, el que lo ha liado todo; y nos quedan nuestros protagonistas, los que tienen que seguirlo por el libro de Leyendas de Madrid. Ni más ni menos que Cenicienta (Cinta para los amigos) y los hermanos Pablo y Pilar (el primero se encuentra por casualidad a la princesa de cuento en las campanadas, justo cuando la han sacado de su cuento: ideas que podrían ser ejes potenciales de un buen relato acaban siendo burdamente desarrolladas).
En fin, todo está mezclado sin pies ni cabeza, porque los tres "héroes" pasan de una leyenda a otra a través de claves cifradas en acertijos en verso (que, por cierto, para provenir de una letrita de canciones como es Marisol Perales dejan bastante que desear) y hay que dejarse llevar y no hacer mucho caso al confuso y arbitrario argumento. Incluso hay que obviar el final, precipitado y abrupto, un digno colofón al sinsentido que se nos presenta.
Y todo ello podría tener un pase si no fuera porque para colmo, en la edición aparecen algunos errores ortográficos y de redacción (por ejemplo: "Aunque pidió clemencia a Mª Cristina de Borbon, pero le fue denegada"). Antes he hablado de respeto a la hora de editar un libro, o de presentárselo a un colegio o instituto. Ahora cabría hablar de vergüenza torera. No hay por dónde cogerlo.
Los alumnos de 1º de la ESO no deberían tener problemas, aunque dudo que se enganchen si no entienden nada, aunque a alguno puede que le parezca alguna parte divertida. Quizás en los últimos cursos de Primaria lo digieran mejor. Para lo único que podría dar este libro es para ser leído en clase e ir comentando esos personajes o anécdotas que aparecen, sin hacer mucho hincapié a la historia, ya que es lo de menos para las propias autoras.
En fin, que muy buena tiene que ser la excursión que la editorial ofrece como recurso asociado al libro para pensar que esta lectura pueda merecer la pena.
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