(352 páginas. 17,95€. Año de edición: 2014) |
Todo lo que empieza tiene que terminar, parece querer decir Gaiman. Como ya se había prefigurado desde esa posada en el número VIII, El fin de los mundos, ocurre lo que parecía imposible, y es que pasa el tiempo incluso para un Eterno, aunque parezca paradójico.
Ponerle fin a Sueño y a esta monumental historia no podía ser sencillo, claro está. Y Gaiman no podía sino imbricar casi todas las tramas abiertas a lo largo de la saga. Un montón de personajes secundarios y de cabos que parecían sueltos tienen su papel y es difícil no reconocer la maestría de este autor de fecunda imaginación.
Para explicar la muerte de ese ser pálido, serio, responsable y atormentado se vale de las Benévolas, o las Furias, o las Erinias... (el polimorfismo no podía faltar a su cita). Y también de Lyta Hall, y de su hijo Daniel, personajes que habían aparecido en La casa de muñecas. El día en que Lyta sale a cenar al Lux (un local con mucho prestigio entre otras razones porque cuenta con camareras mudas como Mazikeen y un excelso pianista, que luego sabremos que es ni más ni menos que Lucifer) con Eric, que le ofrece un puesto de trabajo a la carta, aconsejada por su amiga Carla, su hijo desaparece, lo cual desata la desesperación de la antigua superheroína.
Como es costumbre en Sandman, alternamos unas historias y unos personajes con otros: por ejemplo, el inicio es una especie de fabulosa introducción en la que un hombre (creo que sin relevancia en cuanto que es su primera y única aparición) tiene una pesadilla y tras ella visita el Castillo de Morfeo, en el que varios personajes (Lucien, Merv, Matthew, Nuala, Abel) se presentan a sí mismos y explican sus funciones y cómo funciona el castillo, pensando que este hombre es un huésped. Lo hacen como si estuvieran siendo entrevistados y miraran a una cámara delante de ellos, y es una lástima que el dibujo de esta escena introductoria no se mantenga a lo largo del resto de páginas.
A continuación, aparecen las Benévolas, tres mujeres de distintas edades que están preparando un hilo para poner fin a una historia ("Todo lo bueno... tiene un final"). Aunque el dibujo es un tanto distorsionado, lo importante es que ellas aparecen al inicio y al final, dando unidad y circularidad a lo que se cuenta.
Por supuesto, también accedemos al Reino de los Sueños, esta vez por medio de la visita de Matthew, preocupado por su condición de cuervo, puesto que en el paseo en coche con Delirio le dijo que había habido 11 ó 12 cuervos. Habla con los Guardianes de la puerta (Grifo, Dragón y Caballo alado), con Merv, con Nuala y con Lucien antes de hacerlo con el propio Morfeo, quien está en la orilla creando una pesadilla, que es ni más ni menos que el Corintio (pues su finalidad es la de ser el espejo oscuro de la humanidad).
En el número 2 (de los 12 de los que consta este ejemplar, el más voluminoso de la colección), Cluracán (que se desvía de la ruta nada más entrar y antes de que un ciervo -su némesis- que él mismo vomita lo mate ve a un ser pálido muy parecido a Sueño) visita a su hermana Nuala. Tras lo que vio en la posada del fin de los mundos, la reina le ha pedido que Nuala regrese, noticia que llena de pesar al hada, pesar acrecentado cuando Sueño accede a la petición de su hermano sin más tras los tres años de servicio a su lado, y no le consuela que le otorgue la posibilidad de reclamarlo y pedirle un favor. Lyta "sueña" con las Benévolas, aunque este primer contacto no es todo lo satisfactorio para la madre, pues malgasta sus tres preguntas y se llena de inquietud cuando le dicen que quemarán a Daniel. ¿Quién? Pues Loki y Robin (el Puck de Shakespeare), dos seres que disfrutan sembrando el caos. Cabe la duda de si alguien más poderoso está detrás de esto.
Retomamos a Hob Gadling con su visita al cementerio, despidiéndose de Audrey. A la salida, se encuentra con Sueño y conversan en un pub (Esperanza y Caridad). Hob se preocupa por su amigo (apesta a muerte) y le pide que se cuide. En un intermedio ("Mientras tanto, sucedían otras cosas") aparecen Destino, Deseo, Desesperación y Delirio. Vienen a visitar a Lyta los policías (que son Robin y Loki disfrazados) y le comunican que han encontrado a su hijo, carbonizado. Cuando ve la foto que le entregan, Lyta recuerda algunas imágenes en las que Sueño, tras arrebatarle a Héctor, le reclamaba en un futuro a su hijo. Por tanto, le culpa a él de su muerte. El número 3 finaliza con la visita de Remiel a Estrella del Alba en el Lux, de día. Se enzarzan en una discusión sobre si Lucifer va a volver y no le llega a contar del "problema" del Rey del sueño.
Me gusta cómo se representa la disociación de Lyta con la que se inicia el número 4: su mente vaga en busca de venganza por reinos fabulosos (llega hasta la casa de Euríale y Esteno, las Gorgonas, mientras que su cuerpo deambula como una mendiga por las calles de Los Ángeles. Carla, que había discutido con ella, visita a la canguro que estaba cuidando de Daniel la noche de su desaparición. Y resulta (oh, maravillas gaimanianas) que es Rose Walker, que pese a su apariencia de niña, ya no tiene los 16 años de su aparición en el primer número, sino 25. Está en L.A. para hacer compañía a Zelda, su amiga, enferma terminal de sida (la amante de Chantal, que también aparecía en La casa de muñecas). Sueño termina la creación de Corintio.
5: La visita a Zelda, casi un cadáver pese a solo tener 30 años, le depara una sorpresa a Rose: su abuela le ha dicho que tiene que volver a donde vivía para recuperar su corazón, de modo que partirá a Inglaterra, donde la va a recoger Jack Holdaway. Carla empieza a volverse loca buscando a su amiga, y al sospechar de los detectives Felowes y Pinkerton (su tarjeta queda en blanco, la foto del cadáver abrasado de Daniel cambia hasta prenderse sola) recibe la visita fatal de Loki, que se la quita de en medio. Sueño le encomienda una misión a Corintio: junto a Matthew, tendrán que encontrar a Daniel.
6: Rose visita la residencia en la que su abuela Unity pasó durmiendo gran parte de su vida. Le atiende el propietario, Paul McGuire, y cuando Rose se pasa por el cuarto de la limpieza el guiño a la aparición de las Benévolas no puede ser más evidente. Se pone a charlar con las ancianas que residen allí, que le refieren la historia de las niñas voladoras (historias dentro de historias, marca de la casa, un relato oscuro y terrorífico con forma de libro ilustrado). Paul le enseña dónde yace durmiendo desde hace más de 5 años su amante Alex, el hijo de Roderick Burguess. Otra que reaparece es Larissa (que es Tesalia, personaje importante en Juego a ser tú), que da con Lyta y la recoge de la calle.
7: Odín visita el Castillo de Sueño para quejarse de que haya ayudado a Loki (referencias a Estación de nieblas). Sueño también ve reproches en su visita a Gilbert, el Campo del Violín. Delirio llega a los dominios de Destino, preocupada por Sueño. Tesalia hace un pringoso ritual para proteger a Lyta y mientras lee (Richard Dadd: leo en Wikipedia que fue un pintor inglés de la etapa victoriana, especializado en temas oníricos y fantásticos, con duendes y hadas; John Bauer: ilustrador sueco de un libro de cuentos sobre trolls y duendes), Lyta en el otro plano llega de nuevo al paradero de las Benévolas, dibujadas ahora más oscuras, más acorde a las Furias, que pueden responder solamente en caso de deuda de sangre.
8: Con la extraña alteración del nombre de los días de la semana (lunas por lunes, mártires por martes, mercuriales por miércoles, jueces por jueves, vientres por viernes, sábalo por sábado, dominico por domingo) asistimos a algunas de las intervenciones de Sueño por el mundo, a la visita de Delirio (a la cual, deliciosamente plasmada con un ojo de cada color, le da una pesadilla para ayudar a buscar a Barnabás, que se le ha perdido), y a la visita de Lyta-Furias, que se cargan al Grifo y advierten a Morfeo de la destrucción de su mundo de sueños. Rose se enamora de Jack, con quien se acuesta, aunque luego le romperá el corazón. Corintio, a través de los ojos de la fallecida Carla, descubre quién la mató y quién se llevó a Daniel.
9: Rose visita la mansión del padre de Alex. Cuando accede al sótano se encuentra con Deseo, su abuelo (que estaba leyendo It, de Stephen King), a quien toma por confidente y le cuenta el daño que le ha hecho el amor. Deseo le deja un mechero en forma de corazón. Las Furias prosiguen su escalada de violencia y matan al Campo del Violín y a Abel. Sueño intenta poner fin al desastre en su reino encargándose de Lyta, pero el círculo de Larissa se lo impide. Corintio encuentra a Loki y no se deja engañar por él con su forma de Sueño; recupera a Daniel y no consigue sonsacar a Robin quiénes son sus cómplices. Odín recoge a Loki y le devuelve a la cueva y al tormento del veneno de la serpiente goteándole en las cuencas de los ojos mientras su esposa Sigyn le acompaña (reminiscencias a Vikings).
10: Nuala no es feliz en el Reino de las Hadas y Cluracán intercede para que la reina no la castigue. Robin llega y le dice que su amado Sueño ya es historia. Mientras, en Sueño, Mervyn es el siguiente en caer. Nuala, después de hablar con Delirio, invoca a Sueño y sin querer, le pone en peligro al sacarlo de su Reino.
11: Se van cerrando los círculos. Sueño no puede corresponder a Nuala y regresa a su reino, donde las Furias ya han accedido. Le hieren en la cara, aunque detienen el ataque cuando Lyta descubre que su hijo está vivo. Ella trata de que las Benévolas se detengan, pero ya es tarde. Rose se entera de que Zelda ha muerto. Barnabas aparece al lado del viejo mendigo que regala rosas. Sueño recoge su escafandra y pide que Lucien le lleve la Piedra de Águila y la esmeralda. Después de hablar con Daniel, se dirige a su confrontación.
Y 12: Matthew acompaña a Sueño. Rose le pide a Hal (Vixen en la tele) que le acompañe al entierro de su amiga. Delirio conversa con Lucifer, que le recomienda centrarse en su perro y no en su hermano. Nuala le pide a Cluracán su antigua imagen porque quiere irse del Reino de las Hadas. Muerte aparece en escena buscando a su hermano y, como siempre, esa escena que comparte con él es de las que quedan grabadas. Hacemos un breve recorrido por todos los personajes y la piedra esmeralda le da el poder a Daniel de suceder a Morfeo.
El juego entre el destino, el fatalismo, las responsabilidades y los deberes está presente en un delicado equilibrio. Sólo pondría dos pegas a este volumen: la introducción de Frank Mc Connell, plagada de spoilers innecesarios, de modo que yo recomiendo saltárselo, y el dibujo, que creo que podría haber sido mucho más espectacular o haber incidido en la épica de una historia que deviene en universal. Por lo demás, otra maravillosa obra de arte.
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