Estreno: Supergirl

(CBS. Estreno: 26/10/15)
De la lista de series por empezar (no hay tiempo suficiente para todo si quieres ir al día en las habituales), a pesar de que Supergirl no partía en mi parrilla de prioridades ni tampoco de las más interesantes, ha adelantado al final a las Quantico, Blindspot, Modus o Jessica Jones.

El hecho de partir sin ningún tipo de expectativas es un punto a favor. Si ya Superman es el superhéroe más aburrido y menos interesante de toda la nómina, imagina su prima, cuya creación casi parece una ley electoral para la paridad en las listas, la cuota de feminidad que compense esa cultura patriarcal y machista. Si existe un superhéroe, ¿por qué no una superheroína? Si a eso añadimos los problemas de esta serie por arrancar y una cuota de pantalla bastante surtida de representantes heroicos de cómic, a la pobre Supergirl no le quedaba demasiado hueco.

Y me gustaría decir que tanta negatividad ha hecho que el estreno haya sido un bombazo o al menos mejor de lo esperado, pero me temo que no. Podríamos diferenciar entre mucha seriedad en las versiones televisivas de estos personajes tan de moda últimamente, entre las cuales Daredevil sería el referente a seguir, y luego las que apuntan más bajo y no se toman tan en serio, como puede pasar como Gotham. Pero es que ni llega a ese punto, ni en música ni en lo que se quiere contar.

El piloto sólo nos muestra a una joven, Kara Danvers (Melissa Benoist),  que vino a este planeta cuando Kripton estaba a punto de estallar en pedazos justo después de su primo, con el objetivo de protegerle, aunque en su trayectoria entró en la dimensión fantasma y llegó al final varios años más tarde, cuando Superman ya había hecho su aparición. En la misma línea que Clark Kent, Kara adopta una identidad como la de cualquier ser humano, aunque ansía tener más protagonismo y ser una celebridad como su prima. Y ayudar a la gente, claro.

Su hermana adoptiva, Alex (guapísima Chyler Leigh), no aprueba esta "salida de armario" por los peligros que puede conllevar, pero, ayudada por su amigo Winn (Jeremy Jordan), decide buscarse un traje una vez que la adrenalina obtenida al salvar el avión en el que iba su hermana le impulsa a ello.

Al poco de esto, sabemos que hay unos cuantos extraterrestres preparando una invasión o un ataque, muchos de ellos residentes en la Tierra, los que provenían de una cárcel de Kripton, cuya juez no era otra sino la madre de Kara, Alura (y Astra, como el Opel, que tiene una hermana gemela malísima, y si nos da un poco igual es porque Laura Benanti está estupenda). De ahí que exista una organización secreta, liderada por Hank Hensaw (David Harewood, Homeland), un señor serio y hosco, que lucha contra ellos, y en la cual forma parte Alex. Cuando cuentas el argumento casi hasta da un poco de vergüenza ajena, la verdad...

Estructura episódica a la vista, con una factura visual con predominio de tonos claros (cielos azules claros, ciudad luminosa y pseudofuturista), nada de estética sucia ni de conflictos internos por la condición especial de la heroína, ninguna hondura ni diálogos impactantes o memorables, enormes paralelismos a Superman (por ejemplo Kara trabaja en una revista, cuya jefa es Ally McBeal, y uno de sus personajes, Jimmy Olsen -Mehcad Brooks-, perdón, James, que además el tipo, oh, novedad, es negro, viene a vigilar por si la prima se mete en líos), guión bastante plano, ramplón y acartonado, y con el escaso aliciente de las posibles apariciones de Superman. 

Al menos los efectos especiales no están mal, y habrá que esperar al menos uno o dos episodios más para ver si pasa del aprobado raspado que supone este piloto y llega a algo más aceptable en un futuro próximo.

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