Mareas. Emily Snow. SUMA

(312 páginas. 17,50€. Año de edición: 2014)
Qué fácil es escribir una pésima novela y qué triste que pueda tener éxito. Es como preparar un batido y tener la seguridad de que incluyendo determinados ingredientes conseguirás el éxito. Y no, la literatura es mucho más que trocear recursos fáciles como atiborrar un libro de diálogos (pobres diálogos, para qué aportar algo de calidad cuando en la imitación de la realidad tienes la excusa perfecta para confundir inmediatez y verosimilitud con corto alcance de miras); juntar a dos protagonistas jóvenes, famosos y guapos: un musculoso surfista rubio y seguro de sí mismo, Cooper; y una actriz tipo Miley Cirus, Willow Avery; y aportar ligeros toques dramáticos (una familia que no acompaña a la joven actriz de éxito caída en la espiral de alcohol, drogas y escándalos; un padre maltratador que odia a un niño guapo porque no es capaz de soportar que su mujer comparta su amor con el niño...) y otros típicos del folletín más rancio (esos giros sobre el verdadero padre de Cooper, la ocultada maternidad de Willow); y algún cebo a modo de intriga (la cicatriz de Willow).

Desde el principio sabes cómo va a acabar la novela y esa predestinación es el mayor fracaso que puede anotarse un escritor y más cuando reduces todas tus fuerzas en contar algo de manera lineal. Es como fracasar en darle un lugar reconocible a la historia (Hawai) y limitarte a dar cuatro puntadas torpes para describir sus paradisiacos paisajes.

He etiquetado la novela como novela juvenil, aunque lo más justo hubiera sido encuadrarlo en la novela romántica. Quizá por eso mi juicio es tan demoledor, porque claro, de ser novela rosa, entonces los clichés y los tópicos más rancios serían los puntales de la construcción de este libro. No vas a contar una historia de amor en la que los protagonistas que rezuman tensión sexual (qué manera más torpe de contarlo, casi más que el posterior y previsible desarrollo en forma de enamoramiento) al final acaben cada uno por su lado.

Podríamos analizar a otros personajes, como los amigos de Cooper, Paige y su novio Eric (ella aún tiene un pase  como representante de una amistad fuera de los códigos del famoseo en el que se ha movido la estúpida de Willow), la "amiga" Jessica o el guardaespaldas Miller (el único que me ha caído medianamente simpático, siempre dentro de los códigos de tener delante arquetipos), pero con machacar el trazo plano de los protagonistas tendríamos suficiente. ¿Quién es Cooper aparte de un guaperas que acaba teniendo corazón además de mucha autoestima? ¿Quién es Willow aparte de un modelo poco recomendable para la mujer joven, presa de inseguridades y necesitada de un novio fuerte y guapo para sentirse completa?

Hay dosis de sexo con escenas no demasiado sugerentes, hay playas, hay surf, hay un rodaje de una película, hay un par de acercamientos de la actriz que siempre se mete en líos con los servicios sociales, y poco más. Una novela para olvidar en el momento de cerrar el libro. Imposible de recomendar para clase. Ni para ninguna parte.

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