(FOX. 13 capítulos: 17/09/2013 - 21/01/2014) |
Muchas veces el mayor mérito de una serie es corroborar lo que ofrece su piloto (ver reseña), tarea en ocasiones nada sencilla. Sleepy Hollow lo cumple, y con creces. No es un producto televisivo para copar las recientes listas de premios y nominaciones (salvo por el apartado de efectos especiales), pero sí lo es para entretener y tener enganchada a la audiencia, gracias sobre todo a la química que destilan sus dos protagonistas: el cautivador y educado Ichablod Crane (estupendo Tom Mison, es el principal banderín de enganche, con esos contrastes tan hilarantes entre el pasado al que pertenece y el presente en el que ha despertado) y la tenaz y preciosa Abbie Mills (me puede la belleza de Nicole Beharie, aunque hay que reconocer que sus capacidades interpretativas son inferiores a las de Mison).
Los temores de que terminara siendo un procedimental con un demonio de turno para cada episodio se desbaratan pronto gracias a la continuidad de la trama del maléfico (y feísimo) Moloch, y la hilazón entre los flashbacks y la trama del presente pronto resulta dinámica y eficaz. El bando de los buenos lo conforma finalmente también el capitán Frank Irving (va a más Orlando Jones conforme lo vinculamos a su historia personal con una hija discapacitada que tendrá bastante protagonismo en los capítulos finales), que respalda la teoría demoniaca cuando el Jinete sin cabeza se le enfrenta. Y por si fuera poco, se añaden (por desgracia y de momento bastante esporádicamente) la hermana de Abbie, Jenny Mills (resolutiva y creíble Lyndie Greenwood) y el gran Walter Bishop, digooo, Henry Parish (cada vez que John Noble pronuncia un "my son", esperas que aparezca en pantalla Peter Bishop), protagonista de uno de los giros más impresionantes de la serie.
Apenas hay bajones en el interés de la historia, por más que en ocasiones los avances en las investigaciones estén cogidos por los pelos. No hay que tener demasiado en cuenta la verosimilitud siempre que te impregnes de esa especie de magia negra que emana el pueblo de Sleepy Hollow y la amenaza de los Jinetes del Apocalipsis está siempre presente. Si hace falta algún aliciente más, aparte de la espectacular Abbie tenemos a Katrina, la mujer bruja de Ichabod, la no menos preciosa Katie Winter. No pueden contra esta serie ni los momentos bufos de Andy Brooks.
¿Algo más para seguir esta serie, de consumo sin demasiadas pretensiones salvo la de enganchar al espectador en una trama palomitera? Un episodio final con uno de los finales más interruptus que se recuerdan, algo que motiva a proseguir con la segunda temporada sí o sí, y algo que me hace agradecer haber llegado a ella tarde para no tener que esperar un año para ver cómo salen del embrollo nuestros protagonistas...
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