The Good Wife. Temporada 5

(CBS. 22 episodios: 30/09/13 - 19/05/14)
Contiene spoilers

Seguramente, si nos pusiéramos a pensar en alguna serie que mejora con el paso de las temporadas (a excepción de la única metedura de pata en forma de insoportable marido de Kalinda en la temporada anterior), esa sin duda sería The Good Wife. La revitalización conseguida con el movimiento genial de peones al final de la temporada pasada ha logrado que el interés renazca (y no es que estuviéramos ante un formato gastado y repetitivo, ese es otro de los méritos de TGW) y que las tramas vuelvan a fluir tan frescas (o más) que el primer día. 

El cambio de firma de Alicia y Cary supuso un terremoto del que hasta pasado el ecuador de la temporada no volvimos a recuperarnos. ¿Serán capaces de no inventarse cualquier excusa para que no se vayan?, pensábamos ingenuamente cuando estaban moviéndose los hilos para el trasvase; ¿se inventarán cualquier excusa para volver al redil, como suele pasar en casi todas las series convencionales como la que suele dar la impresión ser esta?, pensábamos cada vez con menos convicción cuando del lujo y la elegancia de la firma que siempre habíamos conocido se pasaba a la precariedad y la sobriedad del nuevo edificio, jalonado casi siempre por comentarios irónicos de sus visitantes.

De pronto teníamos a los "buenos" divididos y enfrentados (Will odiando a Alicia con todas sus fuerzas era algo difícil de encajar), con lo que de pronto Will y Diane pasaban a ser los "malos" y Kalinda el demonio que torpedeaba el loable intento de los rebeldes por establecerse por su cuenta. Claro que estos "buenos" o rebeldes, si uno lo pensaba con frialdad y distanciamiento, podrían ser considerados como traidores, al menos en lo que respecta a Alicia, a quien habían nombrado socia y cuya historia con Will, ni qué decir tiene, le daba mayor dramatismo a la situación.

La jugada me recordó a la de Mad Men cuando Don y cía decidieron abrir su propia agencia, aunque en ese caso no se dividían los bandos. Y es que entre Lockard & Gardner y Florrick & Agos la batalla ha sido encarnizada. Mención especial fue para la reacción de Will, que de la profunda herida pasó a un feroz contraataque, tratando de expandirse al mismo tiempo que de torpedear a los traidores. Y siempre con esos emotivos flashbacks recordando su amor por la "buena esposa".

Llegábamos al capítulo 8, "The next month" y sí, transcurrido un mes, cuando ya estaban establecidos los bandos de forma definitiva, te dabas cuenta (si no lo habías hecho ya) de que esta serie no es una serie convencional, pese a jugar con cartas que no son muy diferentes a las utilizadas en otras partes. No habían dejado lugar al respiro y proseguían con la munición, sacándose de la manga una investigación a Peter que podía salpicar a cualquiera, o Marilyn hacía escupir a Eli (qué grande este personaje) por su arrobado comentario. Terminada la brillantísima primera mitad de la quinta temporada, quién iba a suponer que aún faltaba la traca final.

Cada capítulo, por tanto, ha sido una ascensión narrativa e interpretativa y ya de por sí justificaría que la temporada fuera considerada como la mejor, como una gloriosa manera de volver a formar parte de las quinielas para estar en las nominaciones de los grandes premios. Pero además hay que añadir LO DE WILL. Si el trasvase había sido un terremoto, LO DE WILL fue una detonación. No: un aplastamiento. Sólo atendiendo a los motivos personales cabría entender un suceso como el acaecido en el juzgado, con un fatídico y sorprendente episodio 15 equiparable a cualquier capítulo 9 de Game of Thrones.

Y es que uno de los principales referentes de la serie, el triángulo Peter - Alicia - Will, se desmoronaba de la manera más alucinante posible. Además, parecía que el carisma de Will era insustituible. Y sin embargo, han sabido jugar con el desvalimiento y el vacío que deja su ausencia, sobre todo en Alicia, que de pronto se da cuenta de lo que significa la vida y las decisiones prudentes en contra del riesgo y el vértigo, en contra de la verdadera naturaleza de los propios sentimientos. Así que entre ella y Peter se ponen las cartas sobre la mesa y la hipocresía es el único lazo de unión entre ellos (luego vemos que no, tampoco son tan fríos).

Los personajes no dejan de evolucionar. Los nuevos que aparecen siempre tienen algo que decirnos (aunque Finn se me ha ido cayendo de las manos, no sé por qué cada vez estaba más demacrado y decaído, ¿interpretación, o daños colaterales?) y no sólo Alicia, sino Diane (grande, colosal; su alianza con Kalinda ha sido de lo más interesante) y Cary (pese a su desliz del último episodio) pueden sostener el entramado, apoyados por otros menos relevantes pero igual de imponentes cada uno en su terreno (Peter, Kalinda, Eli Gold, David Lee, Jackie...). Los secundarios siguen siendo una marca de la casa (Louis Canning como bandera), como lo es esa aparición tardía de la cabecera o esa música elegante que se acompasa a la perfección con la magistral manera de contarnos una historia coral tan redonda.

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