(HBO. 10 episodios: 14/01/13 - 18(03/13) |
Si en la primera temporada esta serie nos dejó la sensación de ni frío ni caliente (acrecentada con el paso del tiempo), en esta más bien habría que decantarse por el frío. Gélido. No conecto con ninguna de estas chicas, aunque la gran culpa es de Hannah, la insufrible protagonista. La otra parte de la culpa es mía por mi encajonada manía de categorizar las cosas y considerar esta serie como comedia. Vale que tampoco es un drama, pero ¿dónde están las risas?
Aparte de la cargante Hannah, es difícil salvar a ninguna otra: Jessa que vive en su mundo y aparece y desaparece sin dejar un poso de algo que no sea que no sabe lo que quiere (aunque la discusión para zanjar su matrimonio fue casi lo mejor de esta temporada); Marnie, egoísta, creída y perdidísima, capaz de un par de bochornos o planchazos muy merecidos, el de su novio el bajito "artista" que solo la quería para lo que la quería, y el momento sing star en la fiesta de celebración del éxito de la App de Charlie; incluso la propia Shoshanna, ahora recién descubiertos los placeres carnales, pierde esa inocencia que la hacía brillar en la primera temporada.
Y ellos, por el estilo: el zumbado de Adam, que pasa de hacerte gracia a querer encerrarle en un manicomio, sobre todo cuando monta el numerito sexual de soy un machote con el gatillo rápido con la chica que se le aparece y que hace pensar que cualquier milagro es posible (¿pega menos con él Natalia, la guapísima y elegante Shiri Appleby?); y Charlie, pavisoso como él solo, por más éxito que alcance a lograr y más atractivo esté en una fiesta como afirma la salida de Shoshanna, que se lanza a todo lo que se mueve; incluso Ray es cansino con su negatividad. Hasta echamos por momentos de menos a Elijah, el ex gay de Hannah, con el que al principio de la temporada vive.
¿Cuál es la idea que Lena Dunham nos quiere transmitir? ¿Que las nuevas generaciones están desorientadas y no saben lo que quieren ni adónde van o de dónde vienen? ¿Que ni el sexo tiene sentido para ellos? La trama, pese a ser continua, resulta desvaída y mal explicada (la separación de Jessa es abrupta, las relaciones de Marnie y Hannah van a salto de mata, el pelotazo con la App de Charlie viene como por arte de magia, así como el proyecto del libro de Hannah y su TOC...).
Lo peor, con todo serían para mí tres momentos:
1) El inverosímil capítulo en el que un distinguido de unos cuarenta se prenda de Hannah (a pesar de ese "vestido" de pantalones cortos y peto holgado que resalta su cuerpo lorzano y a pesar de su "ingenioso" y recalcitrante carácter) y pasa con él un par de idílicos días en los que la chica resulta que descubre que su objetivo es como el de las demás personas, ser feliz.
2) El repentino TOC de Hannah. No puedo con eso, de verdad que no. Sacado de la manga, así como así, de pronto, sin avisar. Lo que le faltaba a la tía para ser el personaje más cansino de toda la ficción. Y si no, échale un ojo al capítulo de los palillos en los oídos. ¿Puede ser alguien más desesperante?
3) Otra de Hannah, cómo no. ¿Por qué no puedes ponerte a escribir el puto libro como te pide tu estúpido y amanerado jefe? En serio, deja el helado, deja de perder el tiempo pensando en Babia, que te han pagado un anticipio, que te han dado la oportunidad de tu vida, ¡y ponte ya!
Vaya, no me había dado cuenta de que lo peor de la serie es la protagonista...
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