Game of Thrones. S04E04: Oathkeeper

27/04/14

Contiene spoilers

Vaya por delante que me está pareciendo esta temporada 4 una maravilla. Todas las tramas exhiben un músculo envidiable y apenas hay momentos que estén de relleno o no cumplan algún cometido. Además, se han especializado en ir dando saltos de un personaje a otro y los fundidos en negro o las alusiones a un personaje para pasar a dicho personaje cada vez son más fluidas. Si en un episodio que se abre con la trama de Danaerys (bueno, Gusano Gris y Missandei) y su intento por conquistar Meeren va a resultar casi lo menos importante, nos podemos hacer una idea de a qué me estoy refiriendo. 

Dicho esto, creo que de entre todo lo mucho que nos ha dado este cuarto episodio, si hubiera que destacar a alguien me quedaría con Jaime porque si había alguna duda de cómo interpretar la escena con Cersei (no de si era o no una violación, sino de si seguiría bajo su yugo o si ese "eres la mujer más despreciable" suponía que el hermano enamorado por fin veía el verdadero rostro de su enamorada), sus acciones hablan del giro radical de este personaje. Sus dos escenas de hoy desdicen a aquellas voces que habían criticado su repunte en ese comportamiento alejado de los valores morales o éticos. Y todo por "profanar" la memoria de su "hijo" Joffrey, cuando lo que quería era poner fin a su sequía con Cersei.

Me ha gustado su escena con Bronn (grande este personaje, que no sé por qué me imagino muy alejado de su versión en los libros, he leído que esas escenas de entrenamiento no existían al menos), sobre todo cuando el mercenario le recuerda que cuando el suceso del juicio en Nido de Águilas, la primera opción para ser salvado por un campeón fue él; me ha gustado su cara a cara con Tyrion ofreciéndole su ayuda y con ese fuego cruzado de no creerás que iba a matar a mi hermano; y, sobre todo, me han gustado las escenas con Brienne, ese amor imposible que destila por los cuatro costados y cómo esa mujer ha sido tan importante para equilibrar la balanza de la justicia en este hombre perdido que ahora parece tener claro de qué lado estar. Y no es precisamente el de su hermana. Por eso Jaime le entrega su espada de acero valyrio y ella le pone el nombre de Guardajuramentos (Oathkeeper, el título del episodio). Y hablando de Brienne, genial también la nueva pareja que se ha formado entre ella y Podrick, a quien han colocado entre los dos hermanos Lannister como escudero de Sir... Lady Brienne.

Otro foco de atención ha estado en el Muro y más allá del Muro: por fin Jon Snow va adquiriendo la madurez y el poso necesarios para no parecer un niño endeble y sin el rango que debería tener. Me gusta cómo rechina los dientes para no liarla con nuestro querido Alliser Thorne y emocionante ha sido la escena en la que pide ayuda para ir a por los asesinos de lord Mormont en la casa de Craster y también que por fin parece haber encontrado su lugar al recordarle a Sam su posición en el pasado y lo diferente que es ahora. Me perturba esa confianza que ha puesto en Locke, que hace no mucho estaba (o eso me pareció) con el sádico Ramsey y no sé muy bien cómo ha ido a parar en la Guardia de la Noche.  Buenas intenciones dudo que tenga y más si ha mentido a Jon, y nos apostaríamos la mano de Jaime en ese sentido...

Y entre los salvajes tenemos varios puntos fuertes: tienen a Bran, Meera y Jojen, además de Fantasma (¿también a Rikon?) y Verano; el cabecilla (leo en IMDB que se llama Karl Tanner, y de nuevo el casting nos depara otro sujeto con fuerza, un nada desdeñable futuro oponente para Jon) no me suena que hubiera destacado mucho en la temporada anterior, ya que el despreciable y cobarde Rast era la cara más visible; han proporcionado la correspondiente cuota de coitos y tetas; y, sobre todo, nos han rescatado a los Caminantes Blancos, que han protagonizado el final del capítulo al mostrarnos el destino de los niños entregados a modo de sacrificio por Craster: ¿crear un ejército?

Aún no he hablado de que se ha resuelto la duda que se nos creaba cuando Joffrey se nos ponía azul. Y el asesino es... ¡Tachán! Una conspiración. ¿Y quién podría estar implicado sino lord Baelish, cuya declaración de intenciones a Sansa lo convierte (si no lo era ya) en uno de los personajes más interesantes y ambiciosos de este universo. Meñique lo quiere todo y como siempre asesta golpes que nadie se espera, a fe que puede conseguirlo. ¿Con qué se  conformará? Sea como sea, no hace más que crecer y si en un principio parecía que él y Varys volaban a una altura similar, vemos que no. ¿Y quién fue su compinche? Pues lady Olenna, que no podía dejar que su nieta se casase con tamaño monstruo. Así que un diez a los vista de águila que se dieron cuenta de las siete cuentas del collar de Sansa que luego fueron seis. Y muchos ánimos a Margaery para conseguir que a la tercera vaya la vencida. Tommen, eso sí, debería ir preparando su testamento por si acaso...