Breaking Bad. Temporada 5 (segunda parte)

(AMC. 16 episodios: 16/07/12 - 30/09/13)
Contiene spoilers

Fantástica. Apoteósica. Cautivadora. Redonda. Sublime. Perfecta. Magistral. Aplastante. Demoledora. Impresionante. Colosal...

No hay más remedio que empezar igual que en la primera tanda, porque en realidad estamos ante un todo dividido en dos partes. Aunque parezca imposible, se va incrementando la tensión (y de qué manera) en esta segunda parte, consiguiendo que hubiera merecido la pena la larga espera  de un año para ver cómo terminaban las andanzas de nuestra peculiar pareja de don Quijote y Sancho Panza en versión americana.

Recordemos que nos habíamos quedado impactados con el casual descubrimiento de Hank del libro de poemas de Walt Whitman de Gale. Y aunque en Blood Money partimos con una escena con Walter en un futuro que no tardaremos en conocer, en el que visita su propia casa, invadida por skaters y pintadas ("Heisenberg" es la que destaca), para recoger el veneno del enchufe, seguimos inmediatamente después del descubrimiento de Hank. Ya nunca más será lo mismo. Hay que echar la vista atrás para regresar a la fraternidad de estos dos hombres. De hecho, el primer encuentro que tienen es brutal. Empezamos fuerte, puesto que Jesse está totalmente desbordado y quiere deshacerse de su parte del dinero.

En Buried, otro salto más: Marie conoce la verdad y el odio hacia Walter se multiplica por dos. Skyler protege a Walter (Hank intenta que ella confiese), que decide enterrar el dinero en el desierto para protegerse. El episodio termina con el anuncio del enfrentamiento entre Hank y Jesse, a quien han detenido tras su particular juerga repartiendo dinero. Otra trama paralela es la de Lydia, preocupada por la bajada de categoría de la metanfetamina tras la marcha de Walter. La falta de escrúpulos de este personaje contrasta con su imagen frágil.

Confessions marca el vértigo que incurrirá en Breaking Bad a partir de ahora, y es que Jesse descubre, cuando estaba a punto de desaparecer con una nueva identidad a instancias de Walter, que este había envenenado a Brock. Preso de la ira, va a la casa de Walter parapetado de un bidón de gasolina para prenderla fuego. La actuación de Aaron Paul es sobrecogedora, como sobrecogedora es la capacidad manipuladora de Walter, puesta en práctica no solo con Jesse, sino con Hank, al mandarle un vídeo con su confesión intentando implicarle.

Tenemos imparable el enfrentamiento entre Jesse y Walter, algo más desgarrador aún que el que tiene con Hank. En otra jugada maestra de los guionistas, vuelven a hacer gala del perspectivismo a mitad del episodio Rabid dog: y es que Walter, que había llegado a su casa poco después de que lo hiciera Jesse, al no ver a nadie y ver la gasolina, piensa que Jesse se ha arrepentido. Vemos después que Hank ha llegado antes y ha convencido a Jesse para destruir a Walter. Su plan de la plaza se desbarata por el miedo de Jesse, que ha aprendido bien del maestro y prepara una jugada para su ex socio, anunciándosela por teléfono, con lo que a Walter no le queda más remedio que recurrir al tío de Todd para quitarse de en medio esa amenaza.

To'hajiilee, decimotercer episodio, es para perder la respiración: el plan de Jesse funciona a la perfección y engaña a Walter, que les lleva hasta su dinero enterrado y es detenido por Hank y Gomez. Game is over... Claro que Walter antes había llamado a Jack, el tío de Todd y aunque se arrepiente a la mitad de la llamada, los datos de la localización les son suficientes a su pandilla para llegar hasta allí. Y si impactante es el capítulo por lo que está por venir, hasta que no ves Ozymandias no puedes calcular hasta qué punto vamos a ver la destrucción de Walt

El flashback, donde vemos la caravana donde cocinaron Jesse y él por vez primera, es el punto exacto donde ahora se parte en la escena más impactante que se pueda ver en esta serie, y puede que en la historia de la televisión. Oír a Walter decirle que le quiere a Skyler por teléfono, tras que esta proponga el nombre de Holly para su futura hija, estremece de tal modo como ver a Jesse, despreocupado, jugando. El tiempo ha pasado y las consecuencias han pesado sobre ellos. Podría seguir hablando de este episodio, pero hay que verlo. Y hay que entender la cita de Ozimandias (conocida por mí por la vía de Watchmen), un poema de Percy Bysshe Shelley,  para ver la destrucción total para Walter White (extraída de la wiki de Breaking Bad):
"Yo soy Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!"
No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas
de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas
se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas.
Walter y Jesse lo han perdido todo. En Granite State vemos las consecuencias: Walter tiene que recurrir a otra identidad (Lambert) en New Hampshire a través de un tal Ed (que también le proporciona otra identidad a Saul) para no acabar en prisión y Jesse se convierte en el prisionero de Todd y Jack para preparar la droga con alta pureza, bajo amenaza de acabar con Andrea y Brock. Cuando Walter, ya un año después, está a punto de entregarse a la policía desmoralizado y enfermo (pese a su mata de pelo), ve por la televisión una entrevista a Gretchen y Elliott que le hace cambiar de idea.

Así que llegamos a Felina, el último episodio, la maravilla final para cerrar esta maravillosa serie: Walter asusta a Gretchen y Elliott para que les haga llegar a Walter Jr el dinero cuando cumpla 18 años y se entera de que Jesse sigue vivo. La última confrontación con Skyler, que vive en una especie de barracón en no muy buenas condiciones, también hiela la sangre, sobre todo cuando le confiesa que no hizo todo eso por la familia, sino por él mismo, por sentirse vivo. 

Es casi como la despedida del final hacia el instrumental del laboratorio donde Jesse había estado trabajando. Jesse, liberado gracias a la jugada maestra final de Heisenberg, representa el canto a la libertad y a la vida por fin, tras tantas veces en que parecía que no levantaría cabeza. Y qué decir del anagrama de Felina, de la separación silábica de Fe (Hierro), Li (Litio), Na (Sodio) o, lo que es lo mismo,"sangre, metanfetamina y lágrimas". O de la canción que suena al final, Baby blue.

 

Todas las implicaciones que se pueden extraer, la evolución de los personajes, la carga de profundidad y la perfecta disposición de la trama hacen que Breaking Bad sea si no la mejor serie de la historia de la televisión, una de las tres primeras. Los espectadores solo le podemos dar las gracias a Vince Gilligan esta perfección, ya Bryan Cranston su magistral interpretación, como la de Anna Gum o el propio Aaron Paul, sin olvidar todos aquellos secundarios.

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