Batman. El regreso del señor de la noche. Frank Miller, Klaus Janson y Lynn Varley. DC cómics (ediciones Zinco)

(120 páginas. Edición agotada)
La vuelta de tuerca sobre uno de los superhéroes más complejos la lleva a cabo Frank Miller imponiéndonos un escenario nuevo: un Batman viejo, ya en la cincuentena, abandona un retiro de diez años ante la escalada de la violencia en Gotham City, lo cual abre paso a una serie de reflexiones no muy habituales en el universo de este tipo de cómics.

Y es que es cierto que nuestros superhéroes (o héroes) favoritos flotan en un limbo atemporal donde los personajes no envejecen, privándonos de temas como el paso del tiempo, la vejez y la necesidad de impartir justicia en un escenario que ha cambiado tanto. Algo que se logra con gran maestría en estos cuatro libros (El regreso, El triunfo, La caza, El fin) que componen esta serie, una de las más valoradas por la crítica.

Históricos rivales como Harvey Dent (cuya cara han recuperado gracias a los avances de la cirugía) o el Joker (más psicópata que nunca), el impagable y crítico Alfred, un nuevo Robin (Carrie Kelley, una niña de 13 años, que reemplaza a su anterior ayudante, que no sé si está muerto o si simplemente es un tal Dick, mentado por Jim Gordon al inicio, con quien no se habla desde hace años), el mencionado Jim Gordon (al borde de la jubilación), una envejecida Selina (Catwoman, que regenta un negocio de chicas de alterne) son los secundarios que pueblan el imaginario de Gotham, haciéndolo característico y reconocible pese a los años transcurridos.

Como hilo conductor, tenemos los comentarios de los periodistas, acompañados de psicólogos o demás comentaristas que hablan sobre si Batman es bueno o malo, si es un héroe o un villano, aunque al contraponer la justicia que imparte Bruce Wayne con la debilidad de un alcalde que se rebaja al negociar con el líder de la banda de los mutantes, que atemoriza la ciudad, tenemos un ejemplificador contrapunto.

Por si fuera poco, al final tenemos la aparición de Superman, antiguo compañero de Batman, que ahora parece como anulado por el Gobierno de EEUU, que le tiene como un esclavo y lo mantiene en secreto, el cual se enfada con Bruce por no mantenerse retirado. Publicado en 1986 (mismo año que Watchmen), se considera uno de los mejores cómics, como se puede leer aquí. Por último, hay que comentar que aunque los dibujos a veces parecen esbozos o como sucios, transmiten a la perfección el universo del caballero oscuro.

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