(2ª temporada: 22 episodios. 30/09/12 - 13/05/13) |
Contiene spoilers
Es indudable que la 2ª temporada de Once upon a time ha bajado bastante el nivel con respecto a la 1ª, pero lo que parecía ya imposible de enderezar porque no es que fuera irregular, es que directamente estaba aburriendo y dando vueltas y vueltas sobre lo mismo, repitiéndose un poco penosamente, ha dado un giro en el rumbo justo a tiempo con una propuesta muy interesante en los dos capítulos finales.
Era difícil mantener la magia, por más que se anunciase que la magia había vuelto a Storybrooke. La fórmula de ir sacando personajes de cuento (de muy diversos cuentos) y aplicarle una estética colorista y preciosista, además de jugar con las historias temporales entre el mundo donde han perdido sus recuerdos y del que provenían, alterando el orden cronológico para descolocarte aún más, ya no podía repetirse. A pesar de eso, los guionistas han intentado reincidir en la propuesta, mostrando aspectos que no nos aportaban nada, con escenas de más de los personajes principales.
Para colmo, Regina alias Evil Queen estaba amenazando con redimirse, al igual que Rumplestelskin/Gold con la cansina (y mira que lo siento, Emilie de Ravin) Belle (o Lacey, tanto monta...). Ni la pérdida de memoria de Bella ni la muerte de Cora, la madre de Regina, ni el descubrimiento de que Bae en realidad era Neal suponían ningún revulsivo. Incluso el carisma y la atracción de Lana Parrilla no parecía suficiente para superar la sosería de los insulsos David Nolan/Charming, Mary Margaret/Snow, Emma y Henry (mucho más plasta ahora). La ambigüedad de Rumple ya empezaba a ser cansina y Garfio parecía un saco de golpes sin demasiada más emoción una vez apagado el ruido de su aparición. Los nuevos malos, Tamara y el otro, el calvito en busca de su padre, tampoco parecían amedrentarnos demasiado...
Hasta que por fin meten la explicación de la odisea de Bae desde que su padre prefirió seguir siendo el Oscuro a estar con él. El viaje a Londres, un Londres muy bien ambientado, la aparición de Wendy, parecía un episodio que podría dar mucho juego, y así ha sido, aunque para ello la genialidad ha provenido de los guionistas, que han transformado el entorno de Nunca Jamás y a su protagonista principal, Peter Pan (o al menos su sombra) en el mayor peligro del mundo de los cuentos. Nunca Jamás es una isla donde los niños no envejecen, pero parece que no es el paraíso que soñado. Y si a esto le añadimos que Henry es el niño que llevan buscando los secuaces de Peter Pan (que incluso Garfio y los suyos temen), entonces tenemos unas nuevas ecuaciones sobre la mesa que nos disponen a algo que parecía imposible: una tercera temporada apetecible e interesante.
Seguramente nos sobrarán muchos de los episodios que van a proponernos, pero habrá que dar un voto de confianza. La trama de Storybrook estaba vista para sentencia y este giro era necesario. De momento, el viaje en el barco de Garfio, van todos los personajes importantes, bien buenos, bien malos, bien regulares. Y Neal, mientras tanto, ha llegado, muy malherido, a las tierras mágicas que ahora están devastadas, donde Mulán (una de las pocas que se salvaban del primer tercio de temporada) y la Bella Durmiente (y marido, que ya no recordaba que había vuelto de los sueños) le encuentran en la orilla.
Comentarios