Contiene spoilers
Vamos a repasar tres series estrenadas después de enero. De una de ellas ya había hablado con anterioridad (aquí) y medio insinuado mi apreciación en la reseña de The americans. The following (FOX) pasa a la lista negra de las series que dejo de seguir sin necesidad de llegar al capítulo 15. Con llegar casi a la mitad he tenido bastante con esos giros inauditos de guión y esas tramas inverosímiles donde el FBI rodea una casa y aun así los malos consiguen escaparse, por más que Hardy le pegue un tiro a alguno de ellos. Ni siquiera la estupenda Natalie Zea es una razón que me haga replantearme este abandono. Y es una pena, después del inicio tan trepidante con el que se daba inicio a la serie. Por desgracia, el componente altamente difícil de creer del proselitismo que genera Joe Carroll se eleva a cotas altamente inasumibles. Lo dicho, goodbye, The following.
Defiance (Syfy), el relato futurista de Defiance, una ciudad que fue San Louis antes de la gran batalla entre humanos y alienígenas, cuenta lo más interesante en el primer episodio, ese piloto inacabable que bien podría pasar casi como una película de ciencia-ficción. Porque luego se centra en Nolan y su hija extraterrestre Irisa, a quienes la Alcaldesa Amanda (Julie Benz, nuestra pobre Rita en Dexter) les nombra los nuevos guardianes. La serie está bastante bien conseguida, con las distintas razas de alienígenas bien caracterizadas, así como sus lenguajes, aunque me parece que la historia general pincha bastante y en realidad estamos ante una especie de Castle (más chulesco que gracioso) resolviendo asesinatos en cada capítulo, con dos familias poderosas, una humana y otra no, peleadas con sus hijos enamorados, cuales Romeo y Julieta, sin que se vea una trama más importante por encima de esos pequeños casos que se van resolviendo y de otras cuestiones menores. Me esperaba otra cosa cuando anunciaban esta serie como la gran esperanza de la ciencia-ficción. En el capítulo 3, me bajo...
Y por último, Bates Motel (A&E) nos plantea una interesante propuesta: contar la adolescencia de Norman Bates, el temible psicópata de la temible película de Hitchcock, Psicosis. Eso sí, la actualización es trasladando la historia a nuestro presente actual. Si la historia parece interesante, la madre de Norman, Norma, está representada por la atractiva, sensual y turbadora Vera Farmiga, que hace muy creíble el papel de madre sobreprotectora y sobremanipuladora del pobre mosquita muerta que luego no lo es tanto cuando le dan esos venazos (muy bien también Freddie Highmore, tanto en su versión dulce y sosa, como cuando da miedo al endurecer la vista y tomar resoluciones homicidas).
Si añadimos un pueblo donde nada es lo que parece (y si no, que visiten el bosque y se encuentren con la plantación de marihuana, o que bajen al sótano del ayudante guaperas del sheriff, Zack (Mike Vogel, que hacía de piloto en Pan Am), y a un par de compañeras de instituto de Norman muy interesantes (Bradley, que representa la típica niña guapa que pareciera que se está burlando del nuevo pero no es así; y Emma, cargada con su bombona de oxígeno porque padece una enfermedad de los pulmones) y una trama paralela a la de los Bates que parte de un librito con dibujos tipo manga sobre muchachas torturadas, los ingredientes de momento aúnan una cierta inquietud, morbo (en el primer episodio Norma fue medio violada por un energúmeno que era el anterior propietario) e intriga. Ah, y está Nestor Carbonell (Richard Alpert en Lost) como el sheriff Alex Romero. Recomendable al menos hasta el tercer episodio, que es por donde voy.
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