Contiene spoilers
Brutal. El final del capítulo seis ha sido brutal. Y ver el avance para el capítulo siguiente solo nos hace desear que el próximo lunes llegue. ¡Esto es Dexter, una de las mejores series de la historia de la televisión! Hasta el momento, habrá que comerse las uñas y los muñones. Este es el Dexter que nos gusta, el que nos cautiva.
Y es que por todas partes se abren los frentes: el servil de Quinn le va a dejar expedito el camino a Isaak Sirko, con lo que los frentes para nuestro antihéroe favorito se van a multiplicar. De nuevo, el actor que encarna a Isaak, Ray Stevenson, está sublime, a pesar de su casi única escena, donde convence de manera autoritaria el avance de un colombiano en el patio de la cárcel. Tiene que salir de inmediato si no quiere matar a alguien ahí dentro. Qué miedito da este tío.
LaGuerta sigue erre que erre. Toda la perspicacia que se había ahorrado hasta el momento la está desempolvando para el caso del Carnicero de la bahía. Ahora hasta los asesinatos que cometió Dexter con Lumen están en entredicho, algo que aterra a Deb, pero que provoca una airada respuesta en su hermano, que no necesita que le cubran las espaldas. Muy dura la contestación a la pobre Deb.
En relación a Debra, tenemos al escritor Sal Price, escritor centrado en relatar asesinatos reales, que está escribiendo sobre la culpabilidad de Hannah McKay (impresionante Yvonne Strahovski), en relación con los asesinatos de su novio cuando tenía 15 años (este escritor parece que tendrá miga en lo sucesivo, a raíz del avance). Va en la línea de las sospechas de Dexter sobre esta guapa y turbadora muchacha dedicada al cuidado de las plantas. Y es que le interesa sobre todo una, una venenosa...
Pero lo impactante ha sido el final. Cuando parece indicar que la bella Hannah será una víctima más para Dexter, todo se pone patas arriba cuando el puñal que empuña, tras el "Haz lo que tengas que hacer" de la rubia, sirve para rasgar las ataduras y Dexter acaba clavándole otra cosa menos mortal y dolorosa... Estaba claro que Dexter se sentía atraído por la joven, al igual que le pasaba a ella, aunque en todo momento esta turbia relación estaba difuminada por los pensamientos o tentaciones de uno y otro sobre la necesidad de asesinarse (Dexter porque ella es una criminal; Hannah porque Dexter parece saber demasiado). De todos modos, los guionistas han trazado un recorrido que juega con la ambigüedad y hasta el último momento casi nadie podría apostar que sucediese lo que ha ocurrido.
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