2ª temporada |
Otro de los estrenos más esperados no ha defraudado. Para nada: Once upon a time sigue empeñada en mantenerse como serie revelación, a pesar de que sea la gran olvidada para la crítica. En Magic is coming, partimos de donde lo dejamos, con el regreso de la magia en forma de esa especie de humo violeta o morado. Aunque bueno, no es cierto del todo. En realidad partimos de un escenario distinto, Nueva York, y un personaje nuevo y misterioso (interpretado por Michael Raymond-James, malo de True blood), al que le llega una nota desde Storybrook: "broken", en clara referencia a la maldición. ¿Quién será? Yo apostaría a que es el capitán Garfio, aunque quién sabe... Por cierto, ¿lo he visto bien, o no había nadie en las calles de Nueva York?
Me creaba dudas cómo continuarían los guionistas la historia en cuanto resolviesen la maldición y debo decir que han conseguido marcar un territorio más que interesante: se ha roto la maldición, sí, pero parcialmente, ya que los habitantes de los cuentos no han regresado a su mundo. Según Regina (espectacular Lana Parrilla, qué reina mala más interesante, llena de matices, de dudas, de contradicciones), no pueden volver porque ya no existe, ha quedado destruida. Entonces Blanca, Encantador, los Enanitos, Pepito Grillo, Caperucita y compañía (se ha echado en falta a Pinocho) están atrapados en nuestro mundo, aunque ahora sean conscientes de quiénes son y de que han estado 28 años en una especie de jaula. Por eso muchos quieren ajustar cuentas con Regina, liderados por el dr. Whale (de quien no se sabe a qué personaje de cuento pertenece, como le cuestiona creo que David-Encantador).
Henry (uno de los pocos niños actores que no resultan insoportables) sale en la defensa de la que es aún su madre y pide a Emma que la proteja. Emma que sigue en plan radical y escéptica. Vale, sois mis padres, pero eso no quita que haya pasado 28 años pensando que me habíais abandonado. Hubiera preferido no conocer mi identidad y haber estado junto a vosotros, llega a decir egoístamente.
Y mientras, Gold-Rumpelstiltskin busca por todos los medios vengarse de Regina-Reina Malvada por haber mantenido en un psiquiátrico durante todo el tiempo de la maldición a su amada, Bella (que ahora que aparece como regular parece tener menos interés, pobre Emilie de Ravin, la Claire de Lost). Para ello, se vale del monstruo devora-almas que aparece por primera vez en el mundo paralelo de la fantasía.
Ese es el gran acierto de esta segunda temporada. Ya no estamos con flashbacks, sino que el contrapunto parece estar casi de manera simultánea entre los dos mundos. El nexo en común de momento es el sombrero de Jefferson y resulta que el monstruo que deja inconsciente al príncipe Philip llega por la intervención en la realidad de Blanca, Encantador y Emma, que ayudan a Regina, la cual había sido marcada por Gold.
El final queda en todo lo alto cuando el monstruo arrastra en su caída al sombrero a Emma y a Blancanieves, que no está dispuesta a perder de nuevo a su hija. Aunque Regina, que al parecer ha recuperado su poder, vuelve por sus fueros y está a punto de asesinar a David, Henry aparece y le impone a su madrastra la condición de que recupere a su madre y a su abuela si quiere que confíe en ella. Y mientras, estas dos aparecen entre los escombros del mundo de fantasía, donde Mulan (Jamie Chung, la nueva cara más destacada) y la princesa Aurora, la Bella Durmiente (muy guapa Sarah Bolger, pero sin tanto carisma), no están muy dispuestas a recibirlas con los brazos abiertos porque las consideran responsables de la aparición del monstruo que ha dejado sin alma a su amado. Y es que hay una parte del Reino de Fantasía que ha sobrevivido gracias a la intervención de alguien que no se llega a decir.
8ª temporada |
No puedo ser tan benévolo con How I met your mother. Creo que la próxima vez que vea a la puñetera madre de los hijos de Ted escudada en el odioso y repulsivo paraguas amarillo, quemo la televisión. En Farhampton se arranca de lo que parece la boda de Robin y Barney. Y digo parece porque, en efecto Robin no está preparada, como tampoco lo parece Barney (que parece estar a punto de romper con Quinn (la guapísima Becki Newton). El caso es que esta situación le sirve al cansino Ted de excusa para recordar el caso de Victoria, a la que tuvo que ayudar cuando plantó a su marido para -parece, de nuevo- escaparse con Ted. Con esta trama tan repetitiva es complicado centrarse en los chistes (lo mejor, el sueño retrasado de Marshall y Lily, que les impide entender lo que se les dice). Ojalá sea la última temporada de esta serie. Desde aquí hago mi sugerencia sobre un posible final: el Ted del presente hablándoles a sus hijos interrumpe su discurso porque su esposa le clava el paraguas en el corazón...
Por su parte, The big bang theory mantiene las señas de identidad acostumbradas, aunque ese es su problema, que es más de lo mismo. En The date night variable Sheldon y Amy, esa extraña pareja, son de lo mejorcito; Howard y las discusiones espaciales con su madre siguen siendo graciosas; a Raj lo van sacando del armario y Leonard y Penny están que si sí que si no y es lo más estancado. Veremos si los chistes salvan la situación, aunque empieza a oler a quemado por todas partes...
Más estrenos 2012 comentados: Homeland, The good wife y Modern family; Dexter.
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