Contiene spoilers
Por fin. Después de la travesía en el desierto iniciada a raíz de la escenita de Debra con la cortina, escamoteando la revelación de que su hermano es un asesino en serie, llegó el final de la temporada seis, que terminaba en todo lo alto, cuando Deb llega justo cuando Dexter apuñala a Travis Marshall, el psicópata de los tablados, tras el golpe de efecto dado con el profesor Geller.
Aunque la conversación entre hermanos parece un poco descafeinada, tiene su parte de lógica: Debra está en shock por lo que ha visto y Dexter se defiende como puede y trata de hacerle creer que fue un arrebato casi en defensa propia. El secreto le pesa mucho más a ella que a él, por supuesto. Partimos, además, de lo que parece una elipsis intolerable con Dexter en dirección al aeropuerto, parece que huyendo.
Transitamos por flashbacks donde Dexter rememora el daño que le ha hecho a Debra desde pequeños (cuando la madre -que sale, creo, por primera vez- le regala un cachorro y el padre se lo quita excusándose en una alergia de Dexter, la alergia de la sangre que podría derramar; Dexter niño está a punto de confesarle a Debra niña que su naturaleza es asesina y su padre le dice que jamás debe enterarse).
Entre medias, el asesinato del detective Mike Anderson, por casualidad y mala suerte, al tratar de ayudar a un hombre que había pinchado una rueda, y ver que en el maletero estaba el cadáver de una mujer, destapa la trama criminal de la temporada. Una escena con un capo mafioso de Ucrania nos abre la puerta a un poderoso criminal por descubrir, aparte de que resulta que el inicio del capítulo pertenece a la persecución casi improvisada que Dexter emprende contra este asesino. Tampoco hay que apartar la vista de Louis, el novio de la niñera de Dexter, la hermana de Batista. Ya le ha hackeado el ordenador (al menos le ha imposibilitado las tarjetas de crédito) de Dexter y promete emociones fuertes.
Pero lo importante de momento es que Debra ha atado cabos y ha asociado el modus operandi de Dexter como el mismo del asesino del camión de hielo. Registra el apartamento de su hermano y se encuentra con sus trofeos. Dexter tiene que acabar reconociendo que es un asesino en serie, en un final que te deja sin aliento. Ya es mucho más que los rodeos de temporadas anteriores. Supone un antes y un después. Un estreno apoteósico. La promesa de una última temporada por todo lo grande, como ha sido este personaje indispensable en la historia de la televisión. Dexter ha vuelto.
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