NBC. 23/09/94 - 07/05/2004 |
Esta serie de televisión creada por Marta Kauffman y David Crane es todo un icono. ¿Quién no conoce a Ross, Rachel, Mónica, Chandler, Phoebe y Joey? ¿Quién no ha visto alguna vez algún capítulo en Canal + (luego Cuatro) y se ha reído con algún chiste o algún equívoco? ¿Quién no conoce -y reconoce- la música de la entradilla, el I'll be there for you de The Rembrandts?
Se podrá criticar su tendencia a la ñoñería o que a partir de la temporada 8 los personajes no resulten frescos ni espontáneos y algunos actores hasta parezcan hartos de su papel, pero Friends ha supuesto un antes y un después en las comedias de situación.
Premisas muy sencillas como decorados fijos (el apartamento de Mónica, el de enfrente de los chicos, la cafetería Central Perk) y la relación de amistad entre los chicos, desde casi recién independizados (veinticinco o por ahí) hasta casi la cuarentena. Ver la serie de principio a fin te deja sorprendido en ese aspecto, al ver la trayectoria temporal tan amplia, con un montón de cambios de looks. Las primeras temporadas te deparan un estilo noventero que no sabías tan lejano, pero es que a lo tonto ya han pasado casi veinte años desde su estreno. Ordenadores antidiluvianos, móviles desfasados, peinados que chocan, ropas holgadas...
Las inevitables continuidades afectivas (que si Ross y Rachel están uno por el otro, que si se lían, que si se separan, que si vuelven, que si Mónica y Chandler son amigos, que si algo más, que si se casan...) son el vehículo imprescindible para que el buen humor que se desprende de todos los protagonistas se lleve a cabo. Así, vamos conociendo y queriendo las virtudes y defectos de todos ellos: Joey es un mujeriego, buenazo, tontorrón, actor mediocre cuyo principal éxito es un papel como doctor en un culebrón, entrañable en definitiva; Phoebe, masajista, es la rara, la alternativa, la vegetariana, la friki, la que canta "Smelly cat", la que te descoloca, y no porque tenga una hermana gemela que se dedica al porno; Chandler es el gracioso del grupo, el escéptico, el que no se liga ni se quiere compremeter, con una novia de voz nasal muy desagradable (Janice) que reaparece en las más diversas ocasiones; Mónica es una ex gordita, obsesiva con la limpieza y extremadamente competitiva, generosa hasta el punto de que su casa es un entrar y salir de los demás; su hermano Ross es paleontólogo, pedante, patoso, metepatas, tacaño y carismático; y Rachel es la pija, la consentida, la frívola, la que lo tenía todo hecho y empieza de cero y la que más evoluciona en ese tránsito a la madurez.
Se pueden (y deben) perdonar pecados de las últimas temporadas como el enamoramiento de Joey y Rachel, la temporada final bastante precipitada y amarga en la que se va poniendo punto y final en aquella vida adulta pero aún irresponsable de las citas, los juegos y las risas. Quien no la conozca, se está perdiendo un buen entretenimiento. Pasan los años, pero no pierde vigencia. Por ello, el cofre (87€) es un magnífico regalo de cumpleaños o de Navidad (que ya queda muy poco para el asedio navideño).
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