Pueblo fantasma. José María Latorre. Bruño, Paralelo Cero (2009)

(176 páginas. 8,90€. Año de edición: 2002)
Latorre tiene un indudable talento para la literatura juvenil. Si no fuera porque los finales incurren en un deje de precipitación, incluso la forma elegida, el estilo elegante del autor, le acercarían incluso a lectores de espectros más amplios:

Personajes bien perfilados, tramas que enganchan desde el primer momento, intriga en su justa medida, requiebros precisos ante la irrupción al tópico, antagonistas misteriosos (y, aquí, lúgubres, demoníacos) y, en este caso, la impronta de una atmósfera tensa, desasosegante, por momentos capaz de erizarte la piel, son puntos positivos de esta novela que puede hacer pasar un mal rato a aquellos que se metan mucho en la lectura, que, si bien finaliza de modo que no termina de parecerte una novela redonda, sí en cambio no te amarga mucho el buen rato durante las páginas precedentes.

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