(107 páginas. 8,50€. Año de edición: 2009) |
Los cuatro relatos de este volumen tienen como nota común un universo fantástico: desde el futurismo imperante en La sabana y El otro pie, al elemento monstruoso o desconocido de La sirena del faro, para acabar con un relato con una bruja como protagonista, en el relato que da nombre a este libro.
El más original, para mi gusto, es el primero, en el que una casa futurista parece solucionar la vida a una familia, cuando en realidad está sustituyendo la utilidad de los padres y adocenando a los niños. El final es escalofriante y merece mucho la pena.
La bruja de abril supone el elemento más romántico de los cuatro relatos, aunque ese romanticismo está teñido del elemento fantástico: la bruja puede adoptar cualquier forma y decide usurpar el cuerpo de una jovencita para enamorarse. No obstante esa intromisión, el lirismo y el auténtico sentimiento de esa bruja adolescente consiguen calar hondo.
En El otro pie se trata el tema racial de una manera originalísima: los negros tuvieron que huir a marte por la intolerancia y mientras, los blancos se dedicaron a destruir el planeta. Hay un "in crescendo" de la tensión hasta que se produce la llegada del cohete tripulado por ese blanco tan esperado.
Quizá el último relato, La sirena del faro resulte el más endeble, aunque la idea en sí resulta original e inquietante: como no conocemos las profundidades abisales, la mayor parte del globo terráqueo, no sabemos en realidad que hay en el fondo de esos océanos. ¿Podría haber algo así como algún dinosaurio allí?
A pesar de la variedad, el autor consigue enseguida llamar la atención a través de esos originales puntos de vista. Corto y fácil de leer, los finales dejan abiertas muchas sugerencias al lector, joven o adulto.
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