Un día perfecto. Melania G.Mazzucco. Anagrama (2009)

(448 páginas. 21€. Año de edición: 2008)
Una novela perfecta, eso es Un día perfecto, la crónica en 24 horas de una serie de vidas entrecruzadas que delatan un clima de decadencia moral y social en la Italia de Berlusconi, paradigma de cualquier ciudad europea o del mundo. Se tratan temas como el maltrato a la mujer, la rebeldía de la adolescencia, el mundo marginal de los okupas, la política, el sentimiento de opresión del ser humano...

Escrita con un estilo personal y vigoroso, la autora desde el primer momento consigue cautivarnos. Una llamada a la policía es el desencadenante de todo y a lo largo de 24 horas, muchas de las cuales nos transmiten una sensación de agobio y de tensión insufribles por la dureza de los hechos que se nos relatan, vamos conociendo un día cualquiera de las vidas de Emma, con su trabajo de teleoperadora en la periferia romana; su marido Antonio, policía, del cual lleva un tiempo separada, que no sabe vivir sin su mujer al modo más cavernícola, posesivamente; su hija mayor Valentina, que añora a su padre y trata de no pasar desapercibida para sus compañeros de clase; su hijo pequeño Kevin, con su ojo tapado por una gasa a raíz de una enfermedad ocular, que sufre en el colegio de pago las diferencias sociales de sus compañeros; el diputado Elio, inmerso en la campaña política (conectado con Antonio porque este trabaja para él); su mujer, Maja, aburrida infinitamente en su papel de ama de casa; Zero, el hijo díscolo de Elio, integrante de una red social okupa; Camilla, la hija pequeña de Elio y Maja, un alma sufridora y sensible; Sasha, el profesor de lengua de Valentina, que espera a su amante para celebrar el aniversario...

Salvo por un uso injustificado del guión, que imagino se debe más bien a la traducción, no existe ninguna pega salvo la dureza que por momentos desfilan por la novela para catalogarla como una obra maestra de la literatura actual, por lo que uno tiene ganas de releerla en más de una ocasión.


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