3. Once Upon a Time (ABC. Temporada 1. 22 episodios: 24/10/11 - 14/05/12)
La
serie revelación de la temporada, a pesar de que no haya obtenido
ninguna repercusión en crítica ni en nominaciones. Y eso que ha
mantenido una línea sin apenas altibajos a lo largo de sus 22 episodios.
Y que ha tenido un final acorde con el resto, si no superior, puesto
que en la 2ª temporada cualquier escenario es posible. La propuesta de
mezclar los personajes de cuentos tradicionales (alterados y
modernizados convenientemente) con la realidad ha dado más de sí de lo
que a priori cabía pensar. Casi todos los habitantes de Story Brook
que han desfilado por la pantalla han resultado interesantes, gracias a
la forma de presentarnos sus historias, siempre de forma fragmentada y
con una cronología alterada.
Uno
de los puntos fuertes es que todos y cada uno de los personajes posee
un trasfondo y no están trazados con una sola pincelada, no son ni
blancos ni negros. Ni siquiera Regina (la Bruja Mala, una estupendísima, atractivísima y malísima Lana Parrilla) es la más mala (tiene motivos para pedir venganza, ya que la estúpida Blancanieves,
de pequeña, hizo que mataran al amor de su vida; al final, además, se
muestra vulnerable cuando la maldición se rompe y le avisan que corre
pelibro, y va a su casa, a la habitación de Henry, sabiendo que
lo ha perdido; aunque cuando llega la magia de forma amenazadora vuelve a
sonreír con la saña que la caracteriza), al igual que Rumplestiltskin (he tenido que buscar el nombre para copiarlo)/Mr. Gold (excelente, cautivador, enigmático Robert Carlyle), cuyo punto débil, aparte de ese hijo que pierde al cobrar sus poderes, es Belle (Emilie de Ravin,
cuya presencia está confirmada para la 2ª temporada), aunque parece que
al final dé prioridad a recobrar su magia a su amor. Ni los buenos de
la película son tan buenos (cuanto menos son cuestionables, porque
suelen comenter errores o torpezas).
Los malvados (podemos incluir al Sombrerero loco/Jefferson, Sebastian Stan,
aunque más que malvado está un poco tocado) son, pues, incluso más
interesantes que los buenos y modositos, sobre todo en el mundo real: Mary Margaret (Ginnifer Goodwin, horrorosa con pelo corto) es una maestra sosainas y su único aliciente es su amor por David (Josh Dallas,
otro sosainas que ha recobrado la memoria, o parte de ella, después de
despertar del coma), aunque la presión por una relación prohibida (David
está casado) les frena. En cambio, en el Reino Mágico, Blancanieves es de armas tomar y "Charming" tampoco se frena ante ningún obstáculo.
Del resto de habitantes, Pepito Grillo/Archie aporta, como es lógico, la voz de la sensatez; Caperucita Roja/Ruby es
quizá el personaje más evolucionado con respecto a la serie, con una
faceta rastreadora que deriva de una faceta oculta de su personalidad;
el motero recién llegado al pueblo, August, un escritor, tiene tras de sí una historia oculta y conforme pasan los episodios vamos descubriendo que no es otro sino Pinocho; el sheriff Graham es el cazador que debía de llevarle a la Reina Mala el corazón de Blancanieves; "Grumpy" tiene una de las historias más bonitas, con una incondicionalidad hacia Blancanieves fruto de su amor imposible por un hada; Sidney es el genio de la lámpara de Aladino y a la vez el espejito mágico de la Bruja...
Y nos quedan Henry y Emma.
Mención especial para el primero, pues es de los pocos niños no
cargantes y asesinables de la parrilla televisiva. Su resolución es tal
que pone patas arriba la serie al comerse el pastel de manzana de su
madrastra. Es entrañable el milagroso final de la temporada. Por fin
Emma abre los ojos, aunque hay que señalar que una de sus
características, la de reconocer la verdad de la mentira, resulta
cuestionable. Verla esgrimir una espada para matar al dragón ha sido
como intentar resolver la cuadratura del círculo. Magistral la
manipulación de los cuentos.
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