(27/06/16) |
Siempre me pasa lo mismo: no sé si quedarme con el año que resta para el siguiente episodio o centrarme sin más en esta obra maestra que nos han regalado en el último capítulo. Salvo el pequeño bajón de los capítulos 6, 7 y 8 (que podría considerarse un respiro para el arreón final) hemos asistido a probablemente la mejor temporada de GoT. Si la Batalla de los Bastardos había resultado impactante, The Winds of Winter se ha ganado el derecho de sucederle en la lista de mejores episodios porque no ha faltado nada y no ha faltado casi nadie. De momento, en IMDB vuelven a darle un 10, e imagino que no releva al capítulo 9 porque de momento hay menos votos (25.611 por los más de 100.000 del anterior).
Creo que al final habrá que empezar por lo de siempre... Avisando de que llega hora de destripar el capítulo y anunciar que quien no haya visto el episodio..., ¡¡¡a qué esperas!!! Corre, vuela, velo. El caso es que esta entrada...
Contiene spoilers
No hay mejor carta de presentación para un episodio que los 23 primeros minutos de esa magistral secuencia. Situados en King's Landing, a punto de empezar el Juicio de los Siete Septones, tañen las campanas y el silencio envuelve los preparativos de los implicados: Cersei, Tommen, Margaery, el Gorrión Supremo. Empieza el juicio y un Loras devastado confiesa lo que haga falta con tal de que le dejen en paz, incluso que él también votó al PP. Don Pajarito está más que satisfecho con la renuncia a sus votos como Tyrell y Margaery está que trina por la mutilación a la que someten a su hermano (me has mentido, le espeta, y resulta un tanto insatisfactoria la estratagema de fingir vasallaje a la Fe si no había una carta en la manga, ¿verdad, Cersei?).
Cuando le toca su turno a la reina regente, Margaery empieza a sospechar. Paralelamente a cuanto acontece en el Septo de Baelor (que en paz descanse), empiezan a suceder pequeñas cosas que indican que algo huele mal: un niño correteando cuando sale Lancel a buscar a Cersei, el aviso al Maestre Pycelle que lo lleva a las catacumbas, el mosqueo de Margaery, sobre todo al sumar la ausencia de Tommen a la de Cersei sabiendo lo que supone dicha ausencia... Esta, en efecto, ha urdido un contundente plan para salir del atolladero de la invasión de los gorriones, y tenía que ver con el color verde que Bran había visto en sus visiones.
La jugada de Cersei sería maestra si no fuera porque tamaña maldad deja noqueado a su hijo, custodiado por la Montaña. De momento, como si fuera una niña caprichosa a la que anteriormente le han sido negados los caramelos, consigue por fin lo que quiere y se venga de quien tanto la hacho sufrir: adiós familia Tyrell al completo (un minuto de silencio por la cruel despedida de Natalie Dormer); el viejo baboso es asesinado por unos pajarillos que ya no sólo pían como con Varys, sino que ahora, con Qyburn, son capaces de picar; y la septa Unella está a su merced: "confess", le dice: disfrutaste torturándome; ya te dije que la mía sería la última cara que verías antes de morir; "shame, shame, shame"; ¿ahora? Ahora no vas a morir, ahora vas a ser el juguete de mi amigo Gregor Clegane... He de reconocer que he disfrutado con esta malévola venganza (y además le sienta estupendamente el traje oscuro), así como su cínica frase de que confesar sienta bien en las condiciones adecuadas.
Y si no era suficiente que el fuego valyrio que Lancel no es capaz de apagar a tiempo destruya el septo y aniquile a todos los allí presentes, si esa escena no había sido apoteósica desde el silencio inicial, se nos roba el aliento y la respiración cuando la cámara enfoca la ventana por la que el estupor de Tommen se asoma, para a continuación ver cómo este se arroja al vacío, en la única correcta decisión que toma como rey.
Si había preguntas acerca de la sucesión monárquica, Cersei las despeja sentándose en el Trono de Hierro. No hay demasiada satisfacción en su rostro, aunque esta mujer ha aprendido a despojarse de sentimentalismos. Nada orgullosa de la decisión de su vástago, sabiendo que la profecía sobre sus tres hijos se ha cumplido como el destino dictaba, manda quemar el cadáver de Tommen. A pesar de que no llega a producirse la ansiada conversación entre hermanos amantes, la mirada de Jaime viendo a Cersei encajar la corona en ese trono que tanto odia, da la impresión de que el amor que antes había jurado albergar se ha disipado. ¿La apoyará ahora que se alzan dos candidatos mucho más legítimos para gobernar los Siete Reinos (Seven Kingdoms)?
Porque Jaime ya no se calla lo que piensa. A Walder Frey le siembra la duda al soltarle que los Lannister no necesitan a los Frey, y no estarán allí para salvarles el culo siempre ("If we have to ride north and take them back for you every time you lose them, why do we need you?"). Antes, se ha quitado de en medio a Bronn con dos mujeres y ha mirado raro a una de las sirvientes de Los Gemelos. Sirvienta que proporciona una de las principales sorpresas del episodio: ¡es Arya Stark, satisfaciendo una de las demandas de su lista! Es Arya Stark, y la sonrisa de un Stark es lo último que ve el decrépito viejo degollado a manos de nuestra killer favorita. Si había habido referencia a Blackwater, también lo ha habido a la Boda Roja. Vamos cerrando círculos, y nos encanta que Arya esté de vuelta y se haya cargado a los Frey en una caníbal venganza que devuelve la moneda de la carnicería en la cena en la que su madre y su hermano murieron...
Salvo el de Sam y Gilly, ya en la Ciudadela, en una Biblioteca de quiméricas dimensiones (el sueño de todo filólogo, vaya), con un apunte previo burocrático divertido (¿Vuelva usted mañana?), los círculos se van cerrando. Ya no sobrevuelan cuervos negros, sino que son blancos. Y es que el invierno ha llegado ("winter's here"), declaran los maestres. El sempiterno lema de los Stark ya no es una profecía, sino una realidad que hace sonreír a Jon y Sansa. Antes, el primero deja escapar a Melisandre (si Carice abandona el barco a la vez que Natalie, ¿qué va a ser de nosotros?) cuando Davos la acusa de quemar a Shireen y amenaza a la otrora temible bruja roja de ejecutarla él mismo si la vuelve a ver.
Jon se ha ganado el derecho de presidir las estancias reales de Winterfell. Y la reunión con los norteños, al lado de Sansa. No tiene el apellido Stark y sí que mantiene el Snow, pero da igual, al menos de momento. Sansa y Jon están unidos, con el propósito de no mentirse de nuevo y confiar el uno en el otro y aunque yo no veo factible esa teoría de una unión entre ambos (Hypable, en inglés), pues ambos tienen mucho de Ned y de Catelyn, lord Baelish introduce la ponzoña en la pelirroja con esa referencia a la primera temporada (puede incluso que primer episodio, no recuerdo) en la que Meñique le refería a Varys su anhelo por el Trono de Hierro. Es la imagen que le mueve, y quiere a Sansa a su lado, por lo que cuando en la asamblea mini lady Mormont (u ole sus cojones cuadrados) espolea la elección de Jon como King in the North (the North remembers, y nosotros también a Robb en un momento similar), Sansa parece demasiado seria, y la mirada que se cruza con Meñique demasiado perturbadora.
Winterfell, pues, ha recuperado el emblema Stark en la intro, sus miembros se posicionan con fuerza y serán relevantes en la última temporada. Bran es el Cuervo de Tres Ojos y nos lleva a la escena que se nos hurtó en el capítulo 3, la Torre de la Alegría. Por fin se hace realidad la teoría más famosa de la serie: R + L = J, y aunque nos decepciona la actriz que da vida a la que debería ser una guapísima Lyanna, ver el origen Targaryen de Jon es la hostia. Un Jon que debe de llamarse de otra forma o no se entiende el susurro a Ned, y que tal vez no se sepa o Bran no llegue a decírselo nunca al que es primo y no medio hermano. De lo que estoy seguro es que habrá mucha horda de fanático que critique incluso que Meera no esté involucrada en esa torre, pero ya se sabe que las expectativas a veces son un arma de doble filo.
Mi apuesta es un gobierno entre Jon y Daenerys, las dos almas más propicias para un reinado más justo, pero lo que está claro es que la Madre de los Dragones nunca ha sido más poderosa, y no sólo por la flota de barcos que los Greyjoy proporcionan ni por los tres dragones que flanquean el egregio camino, sino también por la alianza de Varys Correcaminos (tal vez tras las resurrecciones y los viajes en el tiempo han encontrado el portal de teletransportación del Enterprise, puesto que tras Dorne vemos a Varys embarcado con Missandei, Gusano Gris, Tyrion y Daenerys) con lady Olenna y las Mujeres de Arena (Dorne, vaya). Aquí tenemos un estupendo 3 x 1: venganza, justicia y fuego y sangre.
Otra de mis escenas favoritas es la que viene a continuación de la ruptura con Daario Naharis, cuando Tyrion no sabe consolar a su reina y esta le premia regalándole el puesto de la Mano (the Hand of the Queen). Los deseos de Daenerys por fin se están cumpliendo, pero no será fácil. Los sacrificios serán muchos, no sólo perder a un amante, y las dificultades serán peores. Aunque no sea mucho, tiene el apoyo de Tyrion, un cínico que ahora cree en alguien. Ahí se percibe admiración y, por qué no, una bonita amistad.
En definitiva, se percibe el final y aunque haya que esperar tanto, todo empieza a encajar. De momento, habrá que sacar los abrigos, que el invierno va a ser el más largo que se recuerda.
Comentarios
Por partes. Cersei se ha ganado tanto el odio como la admiración de muchos. Resulta imposible no sentir la maldad de este personaje combinada con la admiración por su estrategia tan vil. Y los "palos" que le ha dado la vida con las sucesivas muertes familiares la han hecho ser aún más fría. El hecho de que no le importe de forma tan evidente el suicidio de Tommen se combina también con el sentimiento de sentirse traicionada por este niño rey que tan mal ha ocupado su lugar. Al final, opta por ocupar ella el poder y no se nos aleja demasiado de aquel Rey Loco al que Jaime traicionó cuando estaba dispuesto a quemar la ciudad (cosa que su hermana ha hecho parcialmente, acabando con gran parte de la alta sociedad y con sus rivales más directos). Vaticino que este hermano se mostrará dubitativo ante Cersei y quién sabe si veremos un enfrentamiento entre hermanos. Creo que pese a la forma de ser generalizada de Jaime, hay en él más sentido del honor y de la honra que en su hermana y también más piedad, aunque no le falte arrogancia. Todos estos elementos son remarcados en su conversación con Walder Frey.
De aquí me sorprendió la intervención de Arya. En un primer momento, pensé que el propio Jaime se había querido librar de Frey y que lo iba a matar con una sirvienta, pero más que nada porque me faltan referencias espaciales y temporales: ¿cómo ha llegado Arya hasta ahí "tan rápido"? La misma pregunta que con Varys, ¿qué hace en el barco si estaba en Dorne? ¿Arya y Varys conocen al doctor Who o tienen un teletransportador? Creo que la pequeña Stark, que ya ha crecido bastante, puede darnos algunas sorpresas en la próxima temporada.
Siguiendo con otros hermanos, de la rama Stark, tenemos a Sansa y Jon... creo que en una alianza tibia, como los Lannister. Creo que Jon se equivoca al no rechazar públicamente el puesto de Rey del Norte a favor de Sansa, dado que así ha confirmado las sospechas que Meñique ha infundado en la Stark. Pero a su vez, Sansa se equivocaría (ella mismo lo dice) si confiara en Baelish, que ansía el Trono de Hierro. Las cosas son más complejas de lo que aparentan a simple vista y puede haber una rivalidad que no conviene realmente a estos personajes. Veremos cómo evoluciona la cosa.
En relación a esto, Bran, ¡por fin! Por cierto, tuve una "premonición" y ya advertí por Twitter hace unos días que Bran revelaría el pasado de Jon en este capítulo. Varias cuestiones jugaban a mi favor: 1. el protagonismo de Bran había descendido de forma drástica y salvo Hodor no nos había aportado nada de gran calado, ni siquiera los sucesos de la Torre de la Alegría se habían completado 2. la temporada anterior finalizó con un hecho crucial para Jon (su muerte) y en esta ha tenido un protagonismo esencial, por lo que no era de extrañar que ahora se revelara algo sobre él. Todo eso aparte de cierto presentimiento a partir de lo ya expuesto. Por otra parte, cabe mencionar a Benjen, en esta intervención breve, que revela cómo el muro es algo más que piedras. No sé cómo evolucionará la trama de Bran, pero creo que tendrá una presencia determinante de cara al futuro.
Daenerys cruza por fin el mar y viaja a Poniente tras adoptar sacrificios y adoptar decisiones importantes, en un cierre espectacular para esta temporada. Con estas posiciones "bélicas", se avecina guerra en Poniente: Cersei en Desembarco del Rey, Daenerys con sus propias fuerzas unidas a Dorne y a los Tyrell, el tío Greyjoy (cuyo propósito inicial era unirse a la Madre de Dragones, pero en principio ella apoyará a su sobrina) y los hermanos Stark con todo el Norte. Pero aparte de todo esto, el Rey de la Noche, que debería ser la fuerza a combatir por todos ellos.
Y ahora a esperar... Pero con esta serie, merece la pena. Menudos capítulos finales.
¡Un saludo!
Se me había pasado por completo la referencia a la magia del muro, que por cierto debería frenar a los Caminantes Blancos igual que frena a Benjen Stark...
¡Un saludo!
Que pasará con Jorah el Andalo?, Como entrará Arya en juego con sus hermanos?, que pasará con el tio Euron? Y cuando se producirá la unión contra los muertos? Como actuará Bran en la futura guerra que se avecina? O como influirá Melisandre?, o Sam?
Muchas preguntas sin respuesta, nos queda un largo invierno, hasta dar algunas respuestas.
Un saludo y gracias por tu comentario