(06/06/16) |
Como me pasara en su momento con Lost, Game of Thrones va más allá de la experiencia del visionado del episodio en sí y este acaba no cuando llegan los títulos de créditos, sino cuando te lees las reseñas (reviews pega más, o es más cool) y los comentarios subsiguientes, en busca de esa explicación a algo que te ha quedado en duda, o de esa teoría conspiradora y paranoica que tan bien se ajusta a lo que se está desarrollando. Claro que eso conlleva ciertos riesgos, como merendarte algún spoiler (me enteré de la muerte de Joffrey mucho antes de que le envenenaran, por ejemplo) o como exasperarte con la suma estupidez de algunos o la infinita capacidad de intentar provocar de otros.
En este capítulo, por ejemplo, que es cierto que no es ni espectacular ni posee momentos impactantes ni da juego a especular demasiado con futuras tramas o posibles misterios, me he hartado de leer lo mucho que se han aburrido, lo sobrevalorada que está la serie, y bla bla bla. Y digo lo de la tontería porque no hace falta tener muchas entendederas como para obviar el maravilloso capítulo 5, el estupendo tono (y ritmo) de esta sexta temporada, por no hablar de lo mucho que prometen los títulos que quedan: No One, Battle of bastards y The winds of winter. A mí me ponen mucho, vaya...
Venga, vamos al lío, que han pasado bastantes cosas, aunque parezca que no, o aunque solo sea para disfrutar de unos diálogos estupendos:
Ojo, que vienen spoilers
Como suele suceder esta temporada, el título se puede aplicar a varios personajes, empezando por Sandor Clegane, a quien habíamos dado por muerto y que ratifica esa máxima de que si no vemos la cabeza cortada o las tripas del personaje, no habrá muerto definitivamente (ojito con Stannis, quien, a todo esto, con su "supuesta" muerte, acaba con uno de los linajes principales de Westeros, los Baratheon). La mayor sorpresa, pues, viene incluso antes de los títulos de créditos (algo que solo había ocurrido, creo, en el episodio 1 de la cuarta temporada, Two swords).
El Perro fue recogido por el llamado Septón Ray (Ian McShane, flamante y efímero este fichaje, aunque al leer su ficha me alegra que esté incluido en el proyecto de American Gods) y en esa especie de comuna en la que están construyendo no se sabe muy bien qué, nuestro personaje perdido se ha restablecido de sus casi mortales heridas. Ese septón (que por lo visto es mezcla de dos de los libros, el Meribald que me suena que ayudó a Brienne en su búsqueda de las Stark, y otro que por lo visto aparecerá) le inocula al Perro si no ganas de vivir, sí un sentido a su existencia. ¿Quién te dice que los dioses no te han castigado?, le replica primero, para luego añadir que los dioses tienen planes para él (“It’s got plans for Sandor Clegane”).
Es imposible que el Perro no se deje guiar por el odio, así como que esté alejado de la violencia, como bien se señala al hacerse con el hacha al acabar el episodio, una vez que la Hermandad (acto cruel donde los haya, y veremos si detrás de todo no está Lady Piedra, si es que este personaje se retoma en la serie) haya aniquilado la comunidad del septón. Es indudable que será un personaje clave en algún momento, y puede que llegue antes de lo previsto (¿en el asedio de Jaime, contra su hermano en el juicio por combate, ayudará a Sansa...?).
Otro "broken man" es Jaime. A ojos de un bravo combatiente como lo es Pez Negro (Blackfish), el Matarreyes (Kingslayer, me encanta con qué desprecio lo pronuncia Clive Russell) es muy poca cosa ("I'm disappointed"). El asedio al castillo de Aguasdulces (Riverrun) no acabará hasta que él esté con vida, y de nada valen las bravatas de los Frey amenazando de muerte a Edmure (en el libro tiene todavía un punto de más humor, porque esa cantinela la llevan a cabo varias veces).
De poco sirve que Jaime haya sufrido una notable evolución y su talante sea negociador ante todo. Su sentido común choca con la parálisis de su brazo, que si bien puede derribar a un mediocre como Frey, no sirve ni para que Bronn (que regresa por fin, y bien que nos alegramos: no acabes la famosa frase de que los Lannister siempre pagan sus deudas, dice con resignada sorna) apueste por él en un combate frente al anciano que es Pez Negro. Me recuerda bastante a Tyrion, aunque le queda demasiado trecho por recorrer.
Otro hombre roto, sin duda, es Theon. Yara le suelta muy bruscamente que si no tiene ganas de vivir, que se corte las venas; pero que si no, ella necesita al verdadero Theon. Y como mi hermana Sara había previsto, los hermanos Greyjoy se dirigen hacia Meeren, para adelantarse a los planes de Euron. Otros rumbos confluyentes que pueden resultar muy interesantes en breve...
Siguiendo esta línea de personajes rotos, Cersei, aunque mujer, es otro. Su soledad en Desembarco (King's Landing) es casi física, material. Quiere proteger a un hijo que es una marioneta y apenas dispone de un soldado para defenderse de todo lo que le espera. La evolución de la pérfida Lannister cada vez es más interesante, como se puede observar con las dosis de humildad y paciencia (que en otras ocasiones jamás habría demostrado, como nunca antes habría reconocido un error) ante las picaduras venenosas de lady Olenna, que hace honor a su apodo de Reina de las espinas. “You’ve lost, Cersei. It’s the only joy I could find in all this misery”.
La ayuda que sigue pidiendo Cersei puede llegar ahora que lady Olenna ha recuperado las esperanzas con su nieta Margaery, que hace una demostración de inteligencia esquivando a la septa Unella, puesto que la actual reina parece un agente encubierto de los Gorriones, la única que de momento parece poder hacer frente al Gorrión Supremo aunque sea desde dentro y para poder asistir a su hermano Loras. No quiere yacer con Tommen (normal, y no sólo por cuestiones religiosas), algo que da pie a que este hombrecillo (repelente) le inste a ello, además de la amenaza velada a su abuela.
Rota puede quedar también Arya, después de dejarse sorprender por la fétida de Waif, emboscada en una anciana. Justo cuando habíamos visto desenvolverse con arrogante prestancia para volver a Poniente (Westeros), llega el zarpazo y la herida casi mortal. ¿Quién la asistirá ahora? ¿Lady Crane, Sam y Gilly como en los libros, o el propio Jaqen?
¿Y quién más rotos que Jon y que Sansa? Los Stark reclaman ayudas de las familias otrora vasallas suyas, con poco éxito, y menos aún recibirían de no ser por Davos, que se camela a la indómita Lyanna Mormont para conseguir sus 62 combatientes ("It's our war"). Menos suerte tienen con lord Glover ("The House Stark is dead"), con lo que el principal activo contra Ramsey siguen siendo las huestes de Tormund (cuyas palabras también resuenan con ímpetu vigorizante), algo que parece poco para Sansa, de modo que por segunda vez actúa por su propia cuenta, de espaldas a Jon, y escribe una carta, suponemos que pidiendo ayuda (¿a su tío, a Meñique, a alguien que no esperamos?).
Solo restan tres capítulos, y qué capítulos que nos esperan...
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