Sleepy Hollow. Temporada 2

(FOX. 18 capítulos: 23/09/14 - 24/02/15)
Qué difícil es mantenerse a flote en la 2ª temporada. Muchos son los ejemplos de series que decaen en su segunda parte (Masters of sex, Orange is the new black) o directamente se precipitan al vacío (The killing). En ocasiones ves que no hay material para más de una tanda, o ves que la salvación puede ser ofrecer tandas de episodios que no vayan más de los 13 episodios. Querer alargar lo que tiene éxito da lugar a problemas como el que ha sufrido Sleepy Hollow: le sobra demasiadas cosas, empezando por capítulos y siguiendo por tramas que son callejones sin salida, por no hablar de personajes secundarios que quedan en nada (el ángel Orion, el hijo del shérif Corbin, el cazatesoros Nick Hawley o Calvin Riggs, el hermano de uno de los mineros que descubren una tapa donde se oculta Fenestella, uno de los mayores fiascos de la temporada, y paradigmático de lo sucedido con esta serie).

El punto fuerte de Sleepy Hollow es la pareja que conforman Ichabod Crane y Abigail Mills, gracias al contraste que provoca la mezcla anacrónica de un personaje que despierta 200 años después a su época y el atractivo de una mujer con belleza concentrada (o Tom Mison es muy alto o Nicole Beharie es un tapón). Pero incluso han conseguido que hasta este punto fuerte haya sido repetitivo, al tener que tragarnos en casi todos los episodios las reflexiones, divagaciones o recordatorios de la importancia del papel de los Testigos, de su amistad, de su confianza... Que sí, cansinos, que nos ha quedado claro.

Si ese era el ancla sobre el que fijar el andamiaje de una serie que en lo paranormal iba a moverse siempre en la cuerda floja, no es de extrañar que todo haya chirriado más de la cuenta, empezando por la bestial descompensación de la temporada, con el protagonismo de esa guerra (demasiadas resonancias con el Winter is coming) contra Moloch, ayudado por el taimado y sibilino Henry Parrish hasta el parón de invierno (capítulo 11, donde debería haber terminado la temporada y dentro de lo que cabe no habría estado mal). Los siete episodios restantes han quedado desmadejados, carentes de continuismo, sueltos, desvaídos, flojos y sosos. Ya no estaba el enemigo poderoso amenazando con restablecer un nuevo y maligno orden, y se sabía que Henry no había muerto (como no había muerto Frank Irving), y lo peor que le podía suceder a esta serie empezaba a suceder: casos esporádicos que los protagonistas resolvían con deducciones a menudo pilladísimas de los pelos.

Vale, tenemos un estupendo capítulo de apertura con Abbie en el Purgatorio e Ichabod en un ataúd, ambos encerrados en ensoñaciones tramposas, y lo mismo pasa con el último episodio, con ese viaje de Abbie a la época de Ichabod, dando lugar a algo que me fascina, los viajes en el tiempo, pero entre medias demasiada paja, demasiadas soluciones fallidas. El mayor fiasco, el de Katrina

Su personaje se hace odioso por momentos, con su ceguera hacia Moloch y su sentimiento de culpabilidad hacia Henry, por no hablar de las absurdas idas y vueltas de la relación entre Ichabod y ella. Si hacía aguas por todas partes, el colofón (OJO: si sigues te comes algún spoiler, no digas que no te avisé...) llega con el brusco e inexplicable giro en sus motivaciones al ponerse de lado de su hijo con el pobre argumento de liderar un aquelarre de brujas. De ser la defensora a ultranza de la resurrección de su marido para luchar contra las fuerzas del mal, pasa a ser la antagonista malvada que hasta está a punto de clavar un cuchillo por la espalda al Ichabod del pasado. Su anticlimático final me lleva a pensar que tampoco caía muy bien a los guionistas, aunque es cierto que no se han caracterizado por resaltar la emotividad en las despedidas de nadie.

El caso es que los guionistas no gestionan bien el material que atesoran. No vale con acumular criaturas malignas o sacarse de la manga colaboradores o enemigos puntuales. Y tienes que cuidar más el manejo de secundarios como la hermana de Abbie, Jenny (que pierde mucho una vez que se reconcilia con Abbie), o vigilar la evolución de Frank cuando resucita, además de que no se puede distraer tanto con los amoríos (que si Nick está por Abbie, mientras que Jenny está por él). No tendría que haber cojeado tanto la historia tan pronto.

Habrá que ver si corrigen los errores en la tercera anunciada temporada, a la que se llega con una distancia sideral respecto al cliffhanger poderoso de la primera. Habrá que pensarse si seguimos o no seguimos en este pueblo...  

Comentarios

Arion ha dicho que…
No veo Sleepy Hollow pero sí soy un gran fan de The Walking Dead (por cierto muy interesante tu post sobre la temporada 5 de la serie).

Juliiiii ha dicho que…
No sé si recomendarte entonces esta serie, desde luego está muy por debajo de Walking Dead...