La segunda temporada de la serie de CBS, cuya protagonista principal es Julianna Margulies, por el que ha ganado de nuevo el Premio Emmy, prosigue con indudable calidad las líneas marcadas en la primera temporada. Se podría afirmar que incluso supera a la primera. Uno de los (muchos) aciertos consiste en mostrarnos los casos en su fase terminal (se nos dice por encima que el abogado ha estado trabajando en el caso un año, y así se salvaguarda la verosimilitud), a veces con abruptos inicios in medias res que ni siquiera tienen que ser explicados con un "Previously".
Las bases estaban marcadas: la serie se fundamenta en los personajes, siendo Alicia Florrick la punta de una pirámide cuyos pilares son su propio marido, Peter Florrick, y los dueños del bufete Lockhard & Gardner, Diane y Will. El triángulo amoroso entre este último, Peter y Alicia es la punta de lanza del aspecto sentimental, aunque aquí tendrá mucho que decir Kalinda, la investigadora de los abogados.
Como es una serie de personajes, vayamos explicándola a través de ellos:
- Alicia Florrick: es, sin duda, el personaje más evolucionado y esta evolución que ha sufrido el personaje justifica en parte el salto de calidad de la serie. Las dudas siguen acosándola, pero su posición como abogada se ha afianzado en este su segundo año. Lejos de perder la serie con los titubeos e inseguridades lógicos después de haber estado fuera de la abogacía (que era el punto fuerte de la primera temporada, junto con la dura pugna con Cary Agos en busca del puesto vacante en Lockhard & Gardner, que vivían con apreturas por culpa de la crisis y debían reajustar la plantilla), Alicia gana con la confianza en sí misma en su trabajo.
Si bien a veces roza el estatus de Superwoman o Superlawyer, el punto terrenal le viene de su ámbito familiar, con su marido embarcado en la carrera por la Fiscalía, otra de las tramas fuertes (junto con los casos del bufete, la confrontación Kalinda-Blake y las interrelaciones personales).
La serie, de hecho, empieza y acaba con lo mismo: la relación entre ella y su jefe, Will. En la primera temporada, una llamada suya suena al tiempo que su marido la reclama en una rueda de prensa para anunciar su candidatura (y en el inicio de la segunda vemos cómo Eli Gold (mánager de la campaña de Peter) borra el segundo mensaje de voz que le envía, donde se declara; en la segunda, la escalada en el ascensor, repleta de interrupciones, tiene pinta de que quiere indicar que algo se interpondrá entre ambos.
- Kalinda Sharma: se trata del segundo personaje dramático fuerte. Su peso con respecto a la primera temporada aún incrementa. Suyo es uno de los giros argumentales más relevantes, de hecho, además de que su pugna con Blake Calamar (vaya apellidito), el investigador que se trae el tercer socio, Derrick Bond (aunque al principio parece una soterrada lucha por la supervivencia, pronto adquiere mayor calado).
- Will Gardner: apenas evoluciona, por más que se involucre en una relación amorosa con la periodista deportiva Tammy (tonta y frívola, hastía oírle repetir su frase-coletilla, "No te enamores de mí") para intentar olvidar a Alicia. La llegada del tercer socio abre una brecha con Diane, que se cerrará a tiempo en otra de esas jugadas de póker a las que acostumbra también en los juzgados.
- Peter Florrick: se podría abrir un debate en torno a si su se merece o no el perdón después de la jugarreta con la prostituta (entre otras cosas). Su empeño por restaurar el matrimonio con su esposa es loable y se traduce en una campaña en la que no quiere involucrar a su familia. Si bien algo turbio se mueve como persona asociada a la fiscalía (ese es otro de los aciertos de la serie: no hay personajes blancos o negros, la escala de grises es enorme) y lo emparenta con su principal oponente, Glenn Childs (luego surgirá una tercera, Wendy Scott-Carr), nunca llega a parecer tan desagradable y prevaricador.
- Diane Lockhart: al igual que Will, su carácter queda definido en la primera temporada. Mujer de izquierdas, de convicción ideológica bien arraigada, aunque al final lo monetario es su principal impulso. Su relación con Kurt McVeigh, el rudo y derechista vaquero de balística no termina de prosperar, y eso que se cierne sobre ella en algún momento el miedo al paso del tiempo. Por momentos, parece más íntegra que Will.
- Ari Gold: el mánager de Peter, para mi gusto uno de los personajes con más carisma. Me cae simpático y mira que es manipulador, hipócrita y de dudosa moralidad. Congenia con Alicia. Me rechina un tanto su casi romance con Natalie Flores, la niñera ilegal de Wendy Scott-Carr, a la que estuvo a punto de defender pese a que la campaña dependía de esa revelación. Es simpática su relación con su hija (que aparece en un par de capítulos), aunque bastante tópica.
- Cary Agos: de amigo a enemigo, y además contratado para ser el grano en el culo de Alicia, este movimiento de guión es uno de los más acertados. Cary tiene carisma y no le podemos encuadrar en el bando de Childs por completo. Sabemos de sus habilidades, pero también sabemos que, si bien lo primero que mira es su bienestar y le cuesta desprenderse de su odio a Alicia, es un abogado con escrúpulos.
- Derrick Bond y Blake Calamar: los malos de esta segunda temporada. El primero, eso sí, tarda en mostrar su verdaderas intenciones; el segundo, en cambio, se nos muestra implacable y frío desde el primer momento. No le importa el método de conseguir información; si debe romper piernas, no dudará. Implicado en temas de droga y prostitución, lo más destacable es la información que obtiene de Kalinda, quien conseguirá deshacerse de él en una magistral jugada (de este tipo vemos bastantes, por cierto, pero gustan, qué se le va a hacer).
De entre los secundarios, aparte de jueces peculiares como la que pide siempre que todos los juicios realizados por abogados vayan con la expresión "In my opinion" o el excéntrico vampiro que asesinaba a todo quisqui de True Blood, Russell Edgington, podríamos destacar al traficante de droga Bishop, a la abogada rubia que se hace la tonta pero es de las tontilistas, y el abogado Louis Canning, interpretado por Michael J. Fox, un personaje con una enfermedad que le lleva a avisar de sus posibles tics.
Para finalizar, me gustaría destacar el mejor episodio de la temporada: el S02E05, "VIP Treatment", en el que, a pesar de no haber caso, se movilizan nuestros abogados para dilucidar si la posible denuncia de abuso sexual por parte de un reputado Premio Nobel de la mujer que contacta con Alice en medio de una fiesta del bufete. La investigación a contrarreloj se solapa con los cuestionamientos morales de una posible difamación a tan reputada figura pública.
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