La joven durmiente y el huso. Neil Gaiman. Salamandra

(72 páginas. 18€. Año de edición: 2015)
Era una de esas brujas de los bosques, condenada a la marginación mil años atrás, una mala persona. Maldijo a la pequeña el día que nació, para que, cuando la joven cumpliera dieciocho años, al pincharla con un huso en el dedo se durmiera para siempre
Parece una sinopsis muy familiar, ¿verdad? ¿Otra vez otra readaptación, al estilo de Once upon a time?, ¿otra versión a lo Maléfica? No, claro que no. Hay otros alicientes: Neil Gaiman y una edición más que atractiva son una combinación imposible de resistir. Aunque se trate de un pequeño cuento que no llega a 100 páginas y se nos cuente una variante de algo que hemos leído mil veces y que se ha adaptado como poco una decena de otras tantas veces, el toque Gaiman siempre va a aportar una visión diferente.

Al tándem de autor consagrado y edición cuidada (sobrecubierta, tamaño casi de cómic, páginas satinadas, letras capitales adornadas, tipografía muy atractiva...), hay que añadirle la participación del ilustrador Chris Riddell, desconocido para mí, pero que hace un estupendo trabajo con un precioso blanco y negro y unas estupendas figuras femeninas.

Aunque a simple vista parece una vuelta de tuerca a La bella durmiente, pronto vemos que además es una especie de crossover con Blancanieves. Ni una cosa ni otra, en realidad. Y es que al final resulta algo que no es ni un cuento ni otro, sino la historia que a Neil Gaiman le da la gana contar. La historia de una joven princesa hechizada y caída en un letargo de 80 años a la que va a ayudar no el típico príncipe azul, sino ni más ni menos que una reina, a la que acompañarán tres enanos. Los únicos que escapan a la enfermedad del sueño extendido por todo el reino vecino al de la reina de pelo oscuro.

Lo que pudiera haber sido incluso un capítulo o un número más de Sandman por aquello de que Morfeo ha acudido en todo el reino de la princesa, tiene su momento oscuro o tenebroso cuando esos durmientes se  convierten en zombis que persiguen a los héroes de esta pequeña pero gigante historia. Un muñón por ahí y la oscuridad típica de Gaiman, esta vez asociada a una tal "Vuestra Oscuridad", son elementos tétricos o góticos tan característicos de su obra.

Nada sobra en el relato. Quizás podríamos decir que en todo caso falta. Un mayor desarrollo, más diálogos, más descripciones, cualquier pretexto para poder continuar en este universo paralelo al de los cuentos tradicionales, un universo que se antoja escaso, insuficiente. 

La transposición de papeles es uno de los puntos fuertes (princesa rescatada por otra mujer), y el giro inesperado del final es otro. Lo peor, sin duda, es que te deja con ganas de más, de mucho más, como si este libro se hubiera tratado de un encargo que Gaiman se haya quitado con alguna prisa (aunque ninguna precipitación).

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