(07/08/2017) |
Suele pasar que un episodio de esta serie realce su figura en los minutos finales, como ya sucediera con el capítulo de Hold the door o Hardhome. Estamos en la penúltima temporada y solo quedan tres capítulos por delante, así que ya deberíamos perdonar de antemano las licencias de teletransportación de los personajes pasando de un sitio a otro como si el AVE tuviera una parada en Westeros. Que los que no lo perdonen se dediquen a disfrutar del verano y se mojen mucho en la playa y nos dejen disfrutar a los demás.
Contiene spoilers
Aunque es inevitable empezar por el final para referir otra batalla de las que emocionan, antes de eso hay que referir otros aspectos. Por ejemplo, Jaime, con quien hemos empezado y acabado el episodio y se ha ganado el derecho a que su rostro figure como imagen del episodio. Después de quedarse más que tocado con la revelación de lady Olenna, que Bronn (la puta más cara de los Siete Reinos) le toque las narices con que le deben un castillo habla de la templanza que ha ido adquiriendo este personaje.
La va a necesitar, y mucho, ahora que una de las más importantes victorias de su hermana Cersei, la que saldaba la deuda con el Banco de Hierro, se ha visto reducida a cenizas (nunca mejor dicho). Mientras que Euron no hace más que darle satisfacciones a su reina, Jaime va por el mismo camino que Tyrion con Daenerys, quien ha llegado a dudar ya de la fidelidad de su Mano.
En el Norte, mientras tanto, quizá Meñique ha cometido un grave error al entregarle la fatídica daga con la que intentaron asesinar a Bran después de su caída en la Torre para incriminar a Tyrion. Me supongo que su jugada era la de interponer al legítimo Stark por delante de Jon, pero no contaba con que Bran está más allá que acá, como bien ha comprobado la pobre Meera, que ha recibido un paupérrimo "gracias" por todos los sacrificios para que Bran no muriera.
Digo que es un error porque esa daga, que se ha agenciado Arya y que le viene como anillo al dedo, puede hacer sospechar a Sansa o a la propia Arya. ¿Cómo la tenía Peter Baelish y por qué se la ha dado a Bran, si nunca da nada a cambio? Quizás el caos de la escalera es demasiado incluso para Meñique...
Me he adelantado un poco a los acontecimientos. Y es que Arya, con uno de esos paralelismos con la primera temporada que ya tanto aparecieron en la sexta, ha regresado a Winterfell. Me ha recordado a cuando oyó a Varys y Ilyrio conspirando en la sala de los Dragones y acabó saliendo de King's Landing y los guardias no la dejaban entrar creyéndola una pordiosera. Ahora también se burlan de ella y le impiden el paso, pero los recursos de la otrora niña ya son suficientes como para no depender de nadie salvo de sí misma. La estupenda confrontación en el entrenamiento con Brienne (¿a qué venían esas miradas preocupadas de Sansa?) es la mejor muestra.
En la cripta, delante de la estatua de Ned Stark, de quien afirma que no se parece en nada al original (algo que ya nadie recuerda, le dice Sansa, porque todos los que le conocían están muertos, aunque Arya se lo rebate recordándole que ellas están vivas), se produce el abrazo entre las dos mujeres Stark. Si bien al principio a la pobre Sansa no le devuelve nadie el abrazo, pronto la asesina despiadada es la que toma la iniciativa de abrazarla. Y es que Arya suele despertar mucha simpatía entre los que la conocen e incluso el impertérrito de Bran parece alegrarse más que cuando vio a Sansa.
Vaya papelón el del Cuervo de Tres Ojos. Estamos esperando visiones suyas y de momento nos encontramos a un apático, abúlico e ido chaval tullido que afirma ver cosas pero que de momento se limita a sembrar el mal rollo a la gente ("qué guapa estabas, Sansa, el día de tu boda, antes de que te violaran repetidamente"). Opciones: o Bran ha asumido por completo que tiene que distanciarse de los que quiere porque sabe su futuro, o quizá su reino no es para los hombres (hay que recordar que fue tocado por los Caminantes) y lo mismo es uno de los villanos encubiertos. Sea como sea, parece que salvo elegidas pildoritas, opta por no interferir, aunque esperemos que los espectadores no recibamos la misma suerte.
En Dragonstone, la relación entre Daenerys y Jon va fraguándose a fuego lento. A la Madre de Dragones le hacen falta buenos consejos y hombres buenos, y sir Davos, con una maliciosa sonrisa en la boca, alaba el "buen corazón" de la Reina; y como quiera que Tyrion está deslumbrante en cuanto a meteduras de pata, las palabras de Jon son las que han refrenado la furia del dragón. Estamos en un momento delicado con la Khaleesi, que está perdiendo la paciencia y en esas condiciones, por más que Jon le muestre pinturas en la Atapuerca de los Niños de los Bosques (interesante porque siempre el pasado es un motor para el presente), es difícil que le dé por cambiar sus miras y apoyar al Norte con la amenaza Caminante. Lo importante es que Jon la agarre del brazo, y que ella además de admirar la tenacidad y el orgullo del norteño, recalque su valor, aunque sea de manera implícita.
La obcecación de Daenerys, no obstante, nos ha propiciado ese final de infarto. Gracias al consejo de Jon, no se lanza contra Desembarco sino contra las tropas Lannister en el Dominio, arrasando la caravana del oro de los Tyrell. Los desbocados dothraki a campo abierto (como indicara Robert en la primera temporada) causan estragos, y más con el refuerzo de Drogon. Por su culpa hemos sufrido más de la cuenta, pensando que una de las flechas gigantes nos dejara sin el dragón, y más cuando Bronn iba a cámara lenta a por el arma, esquivando dothrakis. Pocas series consiguen lo que GoT: que a uno de los personajes más queridos le deseemos la muerte, como luego nos pasará incluso con Jaime, en un sentimiento contrario al de Tyrion, que contempla aterrado cómo su hermano se lanza a un aparente suicidio con la lanza con tal de matar a Daenerys.
Jaime, salvado in extremis parece que por Bronn (a pesar de que pierde su bolsa de monedas de oro), se hunde en las aguas por el peso de su armadura (¿le salvará de nuevo Bronn?, ¿Tyrion lo capturará y dejará que se escape, devolviéndole el favor y perdiendo definitivamente a su vez el favor de Daenerys, o simplemente regresará a Cersei con las manos vacías, y sujeto a la viperina lengua de su hermana y amante?), y ahí acaba un trepidante capítulo.
En fin, que hemos escalado un peldaño más en esta bendita escalera del caos y solo faltan tres para que nos dé algo a la espera de los últimos seis. Como corresponde a una escalada, vamos subiendo e incrementando la emoción y la expectación, con un muy buen episodio y un buen botín de guerra abrasado.
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