Into the Badlands. Temporada 1

(AMC. 6 episodios: 15/11/15 - 20/12/15)

Contiene spoilers (pero tampoco es que importe demasiado...)

Uno de los estrenos más peculiares de este 2015 ha sido esta serie que mezcla artes marciales y distopía. Por momentos (imagino que por la sintonía de su intro y por ciertas similitudes entre los protagonistas) me ha recordado a Banshee, pero no se le va la cabeza tanto, ni hay tanto sexo (hay muy poco sexo, de hecho). No podría quedarme con ninguna, de hecho.

Muy buenas críticas, notas altas tanto en IMDB (8,3) como en Spoiler TV (7,4), me han ayudado a ir superando mis dudas al respecto de la serie, suscitadas con un piloto que, más allá de las coreografías en las escenas de espadas, se queda en más bien poco. De hecho, espero que estos 6 episodios sean una especie de introducción a la historia, y que se desarrolle mucho mejor. Porque cuando esperas que todo eso de la lucha territorial de los barones y los absurdos nombres (clippers, potros) que se le dan a los soldados de Quinn, por no hablar del nombre del protagonista, Sunny, como el zumo, resultan cuanto menos chocantes.

No, no me ha convencido la ambientación. Esa mezcla entre elementos cuasi medievales (la siembra y recogida del opio de las amapolas, la estamentación social) y los futuristas con ecos a una civilización como la nuestra destruida (la maqueta del Capitolio, los vestigios en forma de tocadiscos, vehículos que mezclan el estilo de los años 60 y motocicletas más contemporáneas), por no hablar de esos palacios tras las fortalezas, lejos de conferirle identidad propia o una autonomía original, lo convierten en un indigerible pastiche.

No se puede ahondar en el argumento: Sunny (inmutable Daniel Wu), mano derecha del maniaco de Quinn (tan excesivo Marton Csokas como su gomina y su excéntrica barba),  cuya espalda está marcada por las víctimas que ha asesinado, está enamorado de Veil (Madeleine Mantock), la hija de los doctores (y pronto sustituta de ellos), y teme y ansía casi a partes iguales huir de las Badlands y creer que más allá existe una especie de edén (no recuerdo su nombre) del que proviene tanto él como el que pronto será su protegido, M.K. (sí, los nombres no ayudan nada, y tampoco este impávido Aramis Knight).

Puedo añadir los nombres de la actractivísima Lydia (Orla Brady), la primera mujer de Quinn; Ryder (Oliver Stark), el hijo de Quinn y un pegote que está en medio de nada; Waldo (Stephen Lang), el tullido mentor de Sunny; The Window (la Viuda, Emily Beecham), la baronesa que rivaliza con Quinn y que se las gasta con unas artes marciales muy vistosas; Tilda (Ally Ioannides), la hija de la Viuda y amiguita en secreto de M.K, al que una especie de posesión infernal que se desata cuando sangra le convierte en objeto de deseo; la guapa Jade (Sarah Bolger), futura nueva esposa de Quinn y menos inocente de lo que parece; o del ridículo Rey River, pero ninguno de ellos aporta más que débiles distracciones a la débil trama principal, resumida en luchas de poder.

Lo mejor, resumiendo: las escenas de lucha, muy conseguidas; y que sea una temporada tan corta; lo peor, todo lo demás, aunque cabe la ligera esperanza, asociada al prestigio de la cadena AMC, de que esto sea una especie de presentación de una historia, y lo mejor esté por llegar, lejos de estas tierras feudales y personajes tan planos y tan poco interesantes.

Comentarios

Juan Carlos ha dicho que…
A mí las series como ésta que mezclan artes marciales y distopía no son muy de mi agrado. Me gustan mucho más las series que podríamos denominar de realismo contemporáneo tipo 'Mad Men' y si tienen cierto componente de thriller mejor como "Fargo" y, sobre todo (estoy enganchadísimo a ella ahora) "Happy Valley". Te la recomiendo vivamente.

Un abrazo
Juliiiii ha dicho que…
Tengo pendiente la 2ª temporada de 'Fargo' para cuando acabe 'American Crime, y apunto tu recomendación de 'Happy Valley', que no la conocía.

Otro abrazo y gracias por tu comentario.