Constantine. Estreno

(NBC. Estreno: 25/10/14)
Me declaro ignorante por completo del cómic y seguramente mi valoración variará mucho de la que podría hacer un seguidor que sí conoce las aventuras de John Constantine en el papel, pero de lo que se trata en las adaptaciones televisivas no es tanto seguir el modelo original a rajatabla, sino de crear un universo propio con sentido y con coherencia. El de Constantine es un poco similar al de Sleepy Hollow en cuanto a fuerzas demoniacas, pero más centrado en los exorcismos y en este caso nos hemos quedado un poco a medio camino. Este piloto ha sido bastante espectacular en cuanto a efectos especiales, pero se ha quedado un tanto corto en cuanto a motivaciones psicológicas. Sí, este John tiene sus puntos, pero todo lo demás queda bastante desabrido. Líneas gruesas sin más.

El punto fuerte está en el protagonista, un descreído y cansado John, cuyo atuendo es la mejor representación de su carácter, con esa corbata suelta, esa gabardina sucia y esa barba de tres días. Por lo visto en el cómic es aún más cortante y sarcástico, pero de momento no tengo muchas quejas hacia Matt Ryan. Me parece convincente. Se trata de un tipo atormentado que le falló a una niña y que procura olvidarse de ese don suyo que le permite ver el mundo como es, repleto de espíritus y de demonios contra los que tiene que luchar casi sin ayuda.

Digo casi porque le acompaña un invulnerable (al menos sobrevive a un ataque demoledor) Chas, un personaje que en el primer episodio tampoco está demasiado desarrollado. Lo extraño es que la pareja de baile de este piloto, Liv Aberdine (Lucy Griffiths) no continúa , por lo que he visto en IMDB, en el resto de episodios, con lo que la relación que parece establecerse entre ellos y la dinámica de este capítulo inicial luego no tendrá mucho que ver con lo que vendrá. En este sentido, parece una maniobra un tanto estéril.

Así que me quedo con dos losties dentro del reparto: Manny (Harold Perrineau, Michael, padre de Walt, aquí con unas vistosísimas lentillas de colores), un diablo con alas que parece estar del lado de Constantine; y Ritchie Simpson (Jeremy Davies, Daniel Faraday), uno de los excompañeros de John, pero que parece querer dejarse de fuerzas demoniacas y, de hecho, tampoco figura entre el reparto principal de la serie. Mal vamos si lo mejor es esa nostalgia que desprenden dos actores que te hacen pensar en otra ficción.

Saltos y respingos, monstruos con los ojos blancos, mucho fuego, mucho latín para conjurar monstruos, producción bastante buena y veremos si un guión más sólido en los capítulos siguientes son de momento algunas de las señas de identidad de una serie que no sabe hacia dónde tirar, aunque parece que tiene toda la pinta de que cada episodio estará centrado en un demonio maléfico que querrá hacer de las suyas. Hará falta bastante más que el carisma del prota para sostener esta ficción y para que ese prometedor tráiler no se quede en algo que no terminó de fructificar.

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