Estrenos de la "mid season" (y V): Bates Motel, 1ª temporada

(A&E: 10 capítulos: 19/03/13 - 21/05/13)
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No sabía si me parecía buena o mala idea que hubiera una serie que estuviese centrada en la adolescencia de Norman Bates, más conocido como el psicópata de Psicosis del célebre Hitchcock, hasta que, gracias a un planteamiento original como el de actualizar la historia al presente y reforzar la relación madre-hijo, vi el piloto y captó mi interés, si bien es cierto que la fuerza de los dos primeros episodios no se mantiene y la serie pasa por demasiados altibajos, o por demasiadas incoherencias, empezando por la primera: Norma Bates compra el motel porque un tal Keith Summers pierde el negocio familiar: no puede pagarlo y por moroso lo subastan. Claro que luego vamos a los últimos episodios y resulta que el tal sujeto (despreciable) estaba metido en una turbia trama de trata de esclavas sexuales, y en teoría debería estar bañado en riqueza, por más tonto que se nos muestren él y su hermana (que me sobró en el último episodio).

Pero obviando todo aquello que no sigue los parámetros de la lógica (como el desarrollo de lo que inicia siendo algo interesante, el cuaderno con dibujos de japonesas torturadas, que yo atribuía a una pieza más dentro del complejo mecanismo de la psique de Norman, que al final degenera en la trama más inverosímil, con un Jake Abernathy que más que temor inspira risa. Por no hablar del agente Zack Shelby, uno de los implicados en esa trama, cuya muerte queda silenciada como si nada, porque al sheriff Alex Romero le viene en gracia), esta serie mantiene su fuerza en la extraña, intensa y peculiar relación madre-hijo, Norma-Norman.

Lo mejor, sin duda, son (y por este orden) Vera Farmiga, que lo borda en ese papel de madre neurótica, histérica, sobreprotectora, infantil, impetuosa, manipuladora e impulsiva, y Freddie Highmore, cuyo ejercicio de contención tiene que alternarse con esos brotes esquizoides en los que se imagina a su madre dándole órdenes inquietantes y sus ojos destilan frialdad y resolución psicópata. Ese contraste entre el chico tímido, educado y amable con esa otra parte de sí que permanece sumergida y a la cual no puede acceder y luego no recuerda, supone un mérito notable. Eso sí, no es comparable con su madre, que se ventila incluso al que debe ser el protagonista principal con esa exhibición de excentricidades, gritos, llantos y actitudes desequilibradas que en la piel de otra actriz seguramente sería pasto de la sobreactuación.

Me sobra, sin embargo, el hermano mayor, Dylan Massett, al menos en la versión que va imponiéndose poco a poco, cada vez más del lado de su madre y de su hermanastro, cuando su fuerza residía en oponerse por completo a la autodestructiva Norma y parecía un parásito y un aprovechado. En cambio, en su trabajo de guardíán de la marihuana (el pueblo White Pine Bay basa su economía en este negocio ilegal), poco a poco va adoptando respecto a su familia una posición de referente moral que resulta a veces cargante. Max Thieriot no me convence en absoluto. A ver si le espabila Norman al ver que le está tratando de quitar la novia.

Lo cierto es que salvo la pareja de protagonistas, cuesta encontrar personajes que merezcan la pena. El sheriff RomeroNestor Carbonell en esa versión de jefazo pasándose por el forro la ley con tal de mantener su orden no me ha terminado de convencer, si bien el contraste con Norma a veces hacía hasta gracia.  

Bradley Martin al menos ha sorteado el tópico de la rubia guapa tonta o frívola (su novio, en cambio, sí que tira del tópico de novio celoso, y pintamonas), aunque cuesta entender que se ponga a flirtear con Dylan después de haberse acostado con Norman. Además es una belleza y eso nos llevamos con Nicola Peltz

El peor con diferencia es el agente Shelby, con un Mike Vogel que hace aguas por los cuatro costados. Vale que es un chico guapo (un piloto modelo, como en Pan Am), pero sus dotes actorales parecen demasiado limitadas, porque su cara no cambia ya esté seduciendo a Norma, ya esté tratando de convencer a Norman de que tienen que llevarse bien, ya se haya descubierto que tiene una oriental en su sótano o ya tenga un agujero en el ojo tras el tiro de Dylan.

Casi parejo a Shelby estaría el personaje Miss Watson, la profesora de literatura de Norman (y hada azul de Once upon...), cuya entrada en la trama es tan forzada como mal explicada y peor resuelta, con el agravante de que ha sido el golpe de efecto, el "cliffhanger" del final de temporada. Se ve a leguas las intenciones de la profesora, una Miss Robinson que al principio es simplemente una entrometida. De todas maneras, no se explica bien que se sienta atraída por Norman más allá de una imposición del guión.

Dejo para el final el tercer elemento que no solo salvo, sino que destaco: Olivia Cooke, que interpreta a una enferma de pulmón Emma Decody, cuya esperanza de vida es bastante limitada y la cual debe llevar un carrito con una bombona de oxígeno a cuestas. Emma se cuelga de Norman y le arrastra a la investigación del asunto de las orientales, pero no se limita a eso, sino que tendrá que lidiar con que Norman se siente atraído por Bradley. Quizá no es muy creíble que una chica tan frágil y delicada parezca tan saludable y tenga unos ojos tan grandes y expresivos, pero vista su vida interior, o la vida interior que sabe expresar, es cuanto menos justificable. Además es un personaje fresco, aunque propenso a figurar como víctima del temible (es de suponer) Norman Bates en la segunda temporada...

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