Últimas tardes con Teresa. Juan Marsé. DeBolsillo (2010)

(480 páginas. 8,95€. Año de edición: 2003)
Marsé tiene un indudable talento narrativo y el suficiente vigor en su prosa como para que esta novela mantenga un pulso alto durante todas sus páginas.El Pijoaparte, un muchacho pillo, del suburbio, ladrón de motos de poca monta aunque con aspiraciones mucho más elevadas, deseoso de salir de ese ambiente de opresión, conoce en una fiesta a la que se cuela a Maruja, a quien confunde con una mujer de alta clase social, y a quien seduce sexualmente unos días después (o un año después, ya no recuerdo) en el chalé donde trabaja cuidando a los niños de sus señores.

Ese es el punto de partida para que Juanito conozca a Teresa, una muchacha rubia, guapa e independiente con inquietudes izquierdistas (pura pose de niña mimada, como se ve en otros personajes de su misma condición social). Desde ese enfoque, ella idealiza al muchacho simplemente por ser del arrabal (aunque su aspecto físico también influye), hasta el punto que cuando Maruja sufre un accidente y es internada en el hospital en coma, lo frecuenta y acaban manteniendo una relación.

A lo mejor el punto político (aunque nunca demasiado explícito) ha podido afectar a que su vigencia haya perdido un punto, pero simplemente por el estilo barroco, cargado de imágenes visuales muy efectivas, así como por los retratos completos y complejos del Pijoaparte y Teresa, merece la pena ser leído.

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